Recientemente, el mundo fue advertido sobre la aparición de un hongo negro en pacientes que superaron la COVID-19; muchas personas tienen el temor comprensible a contraer esta enfermedad, y que les provoque un estado grave de salud.
La mucormicosis, de acuerdo con los expertos, afecta a las personas inmunodeprimidas o diabéticas; personas desnutridas o con leucemia. Según el periódico El Heraldo, de Honduras, existen algunas formas de conocer si se ha contraído el hongo negro.
En primer lugar, el diagnóstico, en donde el médico debe tener presente la sintomatología, y confirmarla con pruebas de tipo cultivo, es decir orina, heces, o piel; y con exámenes histológicos, como la observación de estructura, desarrollo de tejidos y células vivas.
De acuerdo con la publicación, la mucormicosis puede también presentarse en pacientes que hayan recibido trasplante de órgano, que hayan tenido adicción a las drogas, y personas con Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH).
Los síntomas que presenta esta enfermedad son los siguientes: fiebre, ulceración nasal y necrosis, edema periorbitario y nasal (hinchazón en la superficie interna de los párpados o nariz), disminución de la visión y oftalmoplejía (dificultad para realizar movimientos de los ojos), sinusitis, cefalea y dolor facial, obnubilación (confusión), celulitis orbitaria (infección que puede afectar párpados, mejillas y cejas), necrosis del paladar y las encías, parálisis del nervio facial, congestión nasal y sangrado de nariz.
La publicación especificó que la progresión del hongo negro en las personas puede depender del grado de inmunodepresión o de factores predisponentes, pero que también se pueden presentar cuadros fulminantes, agudos o crónicos.