Aproximadamente a 110 kilómetros de San Salvador se encuentra la Bahía de Jiquilisco, otro de los hermosos lugares que tiene El Salvador.
Allá, me fui a conocer la Reserva de la Biósfera Xiriualtique, (nombre dado siglos atrás por los indígenas) también conocido como «lugar en la bahía de las estrellas» debido a que en las noches las pacificas aguas se convierten en el espejo del cielo.
La Reserva de la Biosfera Xiriualtique-Jiquilisco es de vital importancia para la conservación de paisajes y ecosistemas, además de ser la mayor extensión de manglares del país.
Este hábitat, también es de gran prioridad a nivel mundial ya que “representa el 46.82% de los Manglares de la Costa Norte del Pacífico Seco en Mesoamérica, una eco-región cuyo estado ha sido declarado crítico”, según detalla un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Por su gran importancia, toda la bahía es un área natural protegida. Fue declarada sitio Ramsar (categoría conferida a los humedales de importancia internacional) el 31 de octubre de 2005, y el 17 de septiembre de 2007 fue declarada “Reserva de Biósfera” por la UNESCO.
1. CHAGUANTIQUE
Entre los municipios de Puerto el Triunfo y Jiquilisco se encuentra el bosque de Chaguantique (náhuat), que significa “lugar de hermosos manantiales”, una zona natural protegida por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN).
El bosque es ideal para hacer ecoturismo y avistamiento de flora y fauna, además de ser el santuario del mono araña, una especie de primate que se caracteriza por tener cuatro dedos, ya que su pulgar está reducido o ha desaparecido del todo.
Dentro del lugar también se puede observar cómo vuela al aire libre y en las más de 50 hectáreas que posee el terreno la mariposa Monarca Azul, un lepidóptero que se reconoce a simple vista por su bello color azul, pero que solo se logra observar en cierta época del año.
A medida me iba introduciendo en el bosque observé diversos nacimientos de agua y árboles gigantes, con alturas entre los 50 y 60 metros, entre ellos el Conacaste Blanco, el Conacaste Negro y el Ojushte, cuyo fruto es el alimento preferido de los primates.
Para hacer este recorrido es necesario solicitar permiso con el MARN. También es posible contactar con Brendis Romero, de “Xiriualtique Tour” al 7721-5450, quién gestiona con las entidades necesarias los permisos para ingresar al bosque.
2. CORRAL DE MULAS
Para la hora del almuerzo me trasladé a la playa Corral de Mulas, donde se encuentran el Hostal y Restaurante Stephany y el Restaurante Bahía Delfín. En este último fue donde decidí hospedarme.
El restaurante atiende de 7:00 a.m. a 6:00 p.m. Ofrece a sus clientes variedad de platillos como cocteles, ceviches, mariscadas, pescado frito, camarones, pollo y carne, entre otros. Si desea desayuno o cena, también se le prepara previa reserva con anticipación, escribiendo o llamando al 7499 6308.
Los precios de los almuerzos van desde los $5. Si lo prefiere, puede optar por combos que van desde los $13. La estadía en el lugar es gratis siempre que haya algún consumo. Si lo prefiere, puede bañarse en la piscina familiar que posee.
Si desea, también puede pernoctar en el restaurante alquilando alguna de sus cuatro habitaciones. La noche cuesta $25. El uso de las habitaciones durante 24 horas cuesta $40. Son dos personas por habitación y con un pago extra se pueden alojar otras personas.
3. ISLA PAJARITO
Por la tarde me embarqué hacia la Isla Pajarito. Desde el mar tuve una vista espectacular de la Bahía de Jiquilisco.
Durante el recorrido observé diferentes especies de aves como garzas y gaviotas. También me maravillé con los manglares y las historias de las personas que se dedican a la caza de curiles y cangrejos.
Los bosques salados o manglares son ecosistemas que se forman entre el mar y la tierra. Tienen como función generar oxígeno, crear una barrera de protección ante los fenómenos climáticos, prevenir la erosión costera y evitar la intrusión salina, además de ser hábitat para muchas especies, por eso es necesario su preservación y cuido. La Isla Pajarito (que debe su nombre a la forma que tiene) es ideal para reconectarse con la naturaleza. Este espacio es uno de los sitios preferidos por las aves. Muchos turistas llegan hasta aquí para darse un baño en sus aguas cristalinas o para hacer caminata y escuchar a las diversas aves.