La muestra está conformada por 30 obras, las cuales han sido elaboradas con óleo, acrílico, grabado, grafito, acuarela y xilografía.
La exposición captura una riqueza sensorial de la experiencia intercultural narrada por los cuatro artistas tras su estancia en Nanjing, China. Allá cada uno tuvo la oportunidad de reflejar momentos íntimos y cotidianos, además de paisajes contemplativos y calles llenas de vida de la ciudad.
Asimismo, refleja un diálogo entre las tradiciones chinas y la interpretación contemporánea de los artistas. Cada pieza ofrece una perspectiva única en la que convergen el simbolismo y la estética oriental con una sensibilidad fresca y actual.
Su nombre permite ser un testimonio del poder del arte como lenguaje universal capaz de crear puentes entre geografía y tradiciones.
Los estudiantes asistieron al Centro Nacional de Artes (CENAR) y se graduaron del Curso en Formación Avanzada de la Universidad de las Artes de Nanjing, gracias a becas otorgadas por el país asiático.
De acuerdo con la directora de Museos y Salas de Exposición, Alejandra Cabezas, a través de la mirada de los jóvenes artistas se logró retratar sus vivencias, la intimidad de un dormitorio juvenil, la energía de la gastronomía nocturna y paisajes que permiten la contemplación.
Agregó que no son retratos de extraños en una tierra desconocida, sino de espíritus curiosos, hambrientos de conocer, explorar y crear.
«La muestra abarca una diversidad de técnicas que reflejan tanto la riqueza de las tradiciones chinas como la exploración personal de cada artista», detalló.




SOBRE LAS PIEZAS
En el caso de Andrea Rosales, destaca su domino técnico, pues pasa de las marcadas líneas y contrastes de la xilografía en la pieza «Recuerdos de Beijing» a la delicadeza pictórica de la acuarela en «El pato Swarovski».
Por su parte, Daniel Echeverría equilibra la teatralidad de «El torito pinto» donde reinterpreta la pirotecnia china desde una perspectiva salvadoreña con la sutileza impresionista de «Xuanwu Gate», una obra que demuestra su capacidad de capturar atmósferas que evocan tanto la energía vibrante como la quietud del paisaje urbano.
En cambio, Daniel Solórzano, con una detallada línea dibujística, revela un profundo entendimiento de la anatomía y retrata con sensibilidad la esencia de sus sujetos chinos en la serie «Modelos vivos».
Y, por último, Amelia Berríos aporta un toque impresionista refrescante oscilando entre lo cotidiano de la ciudad en la pieza «Gradas junto al río en Anhui».
«Esta muestra es un puente cultural que nos acerca a las experiencias, aprendizajes y emociones de los jóvenes artistas salvadoreños en China, mientras celebramos las múltiples formas en las que el arte puede tender lazos entre mundos aparentemente distantes», señaló Cabezas.




LAZOS DE AMISTAD
El titular de Cultura, Raúl Castillo, detalló que con la exposición se celebra el talento y la dedicación de los cuatro exestudiantes del CENAR, la que además representa la culminación de un enriquecedor proceso de aprendizaje y exploración cultural que combinó su formación en pintura con una profunda inmersión en la tradición artística china.
«Son un orgullo para nuestro país y un ejemplo que deben seguir las nuevas generaciones de estudiantes. Su creatividad y compromiso les permitió obtener una oportunidad de formación en la República Popular China», dijo.
Agregó que el curso de formación obtenido fue bajo la guía de destacados docentes, como el jefe del Departamento de Ilustración y el decano de las carreras de artes finas de la Universidad de las Artes de Nanjing.
Con ellos los artistas aprendieron nuevas técnicas y el trabajo con diversos materiales, como la pintura tradicional china, xilografía, el diseño gráfico y un enfoque renovado del dibujo anatómico con la preparación del lienzo para óleo.
«Quiero agradecer a la República Popular China por el apoyo que ha brindado a El Salvador, el cual ha sido muy importan te para el fortalecimiento del arte y la cultura, siendo los mejores ejemplos de ello la realización de esta exposición en la Binaes, que es la muestra fidedigna de la cooperación del pueblo chino», destacó Castillo.
Por su parte, el embajador de la República Popular China, Zhang Yanhui, expresó que las obras muestran las costumbres sociales de China reflejando plenamente la amistad de los jóvenes salvadoreños con el pueblo chino.
«A los cuatro artistas, gracias por traer a El Salvador lo que ustedes han experimentado en China o, mejor dicho, la China en sus ojos. El encuentro de culturas es tan dulce y enriquecedor que ha sido un gran motivo de alegría y satisfacción ver que los intercambios cultuales entre los dos países se han profundizado rápidamente», dijo.
Destacó que la cooperación ha sido cada vez más fructífera entre ambos países.



