La decisión de vender aproximadamente 165 millones de dólares en municiones «no estándar» compatibles con armas de la era soviética de Ucrania fue tomada después de que el secretario de Estado Antony Blinken «determinó y proporcionó justificación detallada en el sentido de que existe una emergencia que requiere la venta inmediata a Ucrania» de municiones que incluyen lanzagranadas, morteros y cañones D-20, indicó la declaración.
De acuerdo con la declaración, la venta favorece «los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos por lo que no se exigen los requisitos de revisión del Congreso» de la ley federal.
«La venta propuesta mejorará la capacidad de Ucrania para enfrentar amenazas actuales y futuras manteniendo la preparación operativa de sus fuerzas», indicó la declaración. «Ucrania ya tiene estas piezas o sus variantes en su inventario y no tendrá ninguna dificultad para absorber este equipo en sus fuerzas armadas».
El anuncio se produce poco después de que Blinken y el secretario de Defensa estadounidense Lloyd Austin visitaron Kiev y conversaron con el presidente Volodymyr Zelensky, a quien Blinken informó de la venta de armas.