Las primeras familias migrantes con niños fueron desalojadas de un albergue municipal en Manhattan, Nueva York, en cumplimiento con nuevas normas de la alcaldía que les da derecho a techo solo por 60 días. El edil Eric Adams argumentó que se debe a la crisis migratoria en la ciudad.
Transcurrido este período, los solicitantes de asilo tienen que volver a empezar de cero para hallar alguna plaza en alguno de los más de 200 centros habilitados en la ciudad, donde compiten con los recién llegados.
Sally, de 12 años, era un mar de lágrimas el miércoles. La expulsión del hotel donde pasó junto con su familia colombiana el último año le impidió despedirse de sus compañeras del grupo de Girl Scouts organizado en su refugio de Nueva York.
«Nos tocaba salir a las 11 de la mañana y la clase era a las 6 de la tarde y ya no puede entrar», explicó su madre Karol Hernández a la AFP, quien junto a su marido Sebastián Arango y su bebé de año y medio, cargados de maletas, han tenido que empezar de nuevo en el centro administrativo habilitado en el Hotel Roosevelt para solicitar nuevo alojamiento.
En plenos rigores invernales, las autoridades también obligaron el martes la reubicación de 2,000 personas alojadas en carpas en Brooklyn por las fuertes lluvias.
«60 días es muy poco tiempo para una persona que está llegando a la ciudad, porque con los procesos legales se tarda mucho más, para un permiso de trabajo y para lograr un Estatus de Protección Temporal (TPS)», aseguró por su parte el venezolano Ángelo Chirino, de 22 años, quien llegó en noviembre a la ciudad con su esposa e hijo de un año.
Más de 160,000 personas, la mayoría latinas -sobre todo venezolanas-, llegaron a Nueva York desde el inicio de la crisis migratoria hace casi dos años, a menudo en buses fletados por gobernadores republicanos de estados del sur, como el texano Greg Abbott, en protesta por la política migratoria de la administración del demócrata Joe Biden.
Desbordado por una avalancha que no para de crecer, unos 70,000 solicitantes de asilo dependen de la ciudad, de acuerdo con el último informe publicado por la alcaldía.
Adams reclama, al igual que alcaldes de otras ciudades, una política nacional, ayudas federales y la agilización de los permisos de trabajo para hacer frente a esta «crisis nacional» lo antes posible.