Los miembros del partido ARENA sostienen un discurso contradictorio al afirmar que están orgullosos de su pertenencia al partido pero se desligan de la historia del instituto tricolor, consideró el sociólogo y analista Óscar Peñate.
Recientemente, uno de los dos diputados areneros en la Asamblea Legislativa, Francisco Lira, aseguró en la entrevista «A Primera Vista» que él no representa a «un viejo ARENA» sino «a la renovación del tricolor», que sigue liderada por la misma cúpula con Carlos García Saade al frente.
En diferentes entrevistas Saade ha reiterado que el partido tricolor mantiene firmes los valores con los que se fundó.
«Es un discurso que representa la doble moral de los areneros, porque el hecho de que históricamente sean corruptos es una cuestión de origen, es decir, que es genético lo inmoral y la deshonestidad», comentó el politólogo Peñate.
Asimismo añadió: «En otras palabras, son antivalores innatos de los areneros, si no veamos quiénes fueron los fundadores, Alfredo Cristiani, el capo de los ladrones, y Roberto d´Abuisson, un psicópata asesino».
El también sociólogo y analista político Mauricio Rodríguez argumentó que el tricolor «atraviesa la crisis más aguda de toda su historia».
«Nunca habían estado tan disminuidos, tan golpeados y tan limitados, no tienen ya el músculo que tenían anteriormente. Todos ellos se sentían orgullosos de sus colores, ahora el partido ha quedado fuera de todo contexto histórico», indicó.
Recordó que los mismos funcionarios areneros intentan desligarse del pasado y de los valores del partido, así como de sus emblemas.
Tal es el caso de la única alcaldesa de ARENA en el país, Milagro Navas, quien optó por utilizar el rosado como su color representativo en su campaña para ganar la alcaldía de La Libertad Este, antes que el rojo, azul y blanco, fuente del sobrenombre de «tricolor».
Igualmente, los diputados areneros Lira y Marcela Villatoro optaron por el color blanco para su campaña electoral antes que mostrarse con los colores identitarios de su partido.
«Ni siquiera su himno como tal tiene vigencia para los objetivos que ellos persiguen. Vamos a encontrar hoy en día a una nueva generación de areneros que realmente solo han cambiado rostros, pero siguen teniendo el mismo ADN de un partido político cercano a la gente en su discurso, pero alejado de ella en su práctica», opinó el sociólogo.
Ambos analistas señalaron que la recuperación de ARENA cada vez está más lejana, pues los líderes del instituto tienen un escenario difícil para implementar una estrategia que concrete la renovación que buscan, debido a que los salvadoreños no olvidarán los errores que cometieron cuando tuvieron el poder por casi dos décadas.
«ARENA por el momento es parte de una triste historia que le tocó vivir a El Salvador», añadió Rodríguez.