Édgar Batres es el cerebro detrás del Santa Ana Municipal. El flamante equipo campeón de la Liga Nacional de Fútbol, que la noche del sábado festejó en la cancha del estadio universitario al empatar (2-2) el juego sobre la campana ante el gran favorito, el San Salvador.
Batres arribó al banquillo de los pumas con el campeonato ya empezado, tomó el lugar de Ricardo Mena Laguán, esto fue un punto inicial ya que los santanecos comenzaron a destacar hasta convertirse en equipo competitivo en la Copa Pilsener.
Con mucha emoción, Batres manifestó tras la consagración que «fue un juego muy disputado, agónico porque se definió en los últimos cinco minutos, aunque considero que la final, prácticamente, la ganamos en nuestra casa».
No se quiso llevar los focos, al contrario, le dio valor a lo hecho por sus pupilos. «Este título es de los jugadores, siempre se los dije, porque cuando perdíamos el malo era yo, pero ahora que nos toca celebrar todo es para ellos, jugaron con uno menos e hicieron la hombrada, merecido para todo el grupo», agregó.
Aunque llevarse el título no fue fácil, porque sufrieron la noche del sábado, incluso el mismo Batres, por ocasiones, vio el juego arrodillado mientras ocurrían jugadas claves en el trepidante 2-2. «Veníamos con la intención de hacer un buen partido, se nos complicó con la expulsión del portero titular, mandé a Vladimir Laínez para mantener el resultado, nos cayó el gol y la sorpresa la daría Carlos Trujillo que con el tiro libre nos dio el campeonato», finalizó Édgar Batres.