El 11 Deportivo tumbó al Alianza de nuevo. Érick Dowson (como lo hizo con Chalatenango o Platense) volvió a demostrar que tiene medido a Jorge «Zarco» Rodríguez. Le había ganado 0-1 en la primera vuelta y repitió la historia este domingo al imponerse con un claro 3-1.
La fiesta comenzó muy temprano sobre las gradas del Arturo Simeón Magaña: del lado de sol, la ruidosa barra de blanca puso el ambiente y en tribuna el «Foco DJ», con el legendario himno de batalla «Ojo de Tigre» anunciaba que los titanes: 11 Deportivo y Alianza estaban a punto de subir al cuadrilátero.
El espectáculo, o más bien el gol, debió esperar 20 minutos para llegar al césped ya que los anfitriones apostaron por los pelotazos a la espalda de la zaga rival, y en Alianza los dos hombres encargados de tocar las notas del violín: Leonardo Menjívar y Andrés Hernández se mostraron imprecisos y desafinaron.
Pese a eso, las hinchadas congregadas en el Simeón Magaña pudieron ver y gritar al invitado especial: el gol en dos ocasiones. Primero fue el turno de los blancos que aplaudieron un galope de Hernández por izquierda, centro de Juan Carlos Portillo y cabezazo de Emerson Mauricio para el 0-1.
El festejo, no obstante, no les duró ni 20 minutos. Transcurría el 37′ cuando Josué Rivera recogió un rechace del meta Sergio Sibrián, amagó con disparar, se quitó a su marcador con el amague y haló el gatillo para mandar el balón al fondo de la red y decretar el 1-1.
Aturdido por el cañonazo fronterizo los paquidermos cayeron bajo el fuego de los tanques que adelantaron líneas, y al verse arrinconados en su parcela los albos apostaron por la contra.
Fue así como Ezequiel Rivas perdió un mano a mano con el meta local Gerson López y justo antes que sonara el silbato para la pausa Josué Artero cacheteó un centro y mandó la pelota al horizontal.
Artero encontró la revancha en el 59′ y lo hizo con un golazo de zurda que no solo significó el 2-1, sino el descalabro de Alianza que luego de no ser por Sibrián pudo regresar goleado. Se los comió en ambición y fútbol el anfitrión que luego solo pudo celebrar una diana más de Raúl Renderos, pero que fue suficiente para cerrar un domingo de fiesta en Ahuachapán.