Por muchos años, en el Centro Histórico de San Salvador reinó el caos debido a la proliferación de ventas informales en las calles y las avenidas, hasta que ocultaron por completo la infraestructura colonial que aún se mantiene en el área.
Ese panorama cambió radicalmente durante 2023 debido a una serie de acciones del Gobierno Central y la alcaldía de San Salvador, como parte del megaproyecto de revitalización que permitió el renacimiento del corazón capitalino.
Ahora es posible apreciar edificaciones con estilos arquitectónicos europeos, como el art déco y el art nouveau, que se construyeron durante la trama fundacional de San Salvador (a finales del siglo XlX) y que fueron habitadas por la élite de la época, que mayormente se dedicaba a la caficultura.
El resurgimiento de esas estructuras históricas ocurrió al mismo tiempo en que se construyó el imponente edificio de la nueva Biblioteca Nacional (Binaes), que desde su inauguración atrae a miles de visitantes cada día por su moderno y conceptual estilo arquitectónico.
El Centro Histórico está reviviendo costumbres y tradiciones de todo el país, con una amplia agenda de actividades culturales que se desarrollan cada día en las diferentes plazas y otros espacios públicos.
Esa transformación llama la atención de turistas nacionales e internacionales y con ello el aumento sustancial de las visitas hasta colocarla en el segundo lugar más visitado.
Solo durante la actividad de Sívar Art se estima la participación de 20,000 personas. La alcaldía de San Salvador comenzó el camino mediante el diálogo con los vendedores que estaban apostados en las calles, quienes hicieron el mayor retiro voluntario registrado en la zona.
Para lograrlo, la comuna activó un plan para reordenar a los comerciantes informales en los mercados municipales Hula Hula, Central, Sagrado Corazón y el Tinnetti. Una vez sin ventas, la Dirección de Obras Municipales reconstruyó las calles y las aceras, instaló cableado subterráneo y luminarias especiales en el corredor Rubén Darío, la avenida Cuscatlán, la calle de La Amargura y en otras arterias del perímetro que bordea el microcentro.
La revitalización incluyó la intervención de edificios emblemáticos como la Catedral de San Salvador, la iglesia El Calvario, el Palacio Nacional, el Teatro Nacional y la iglesia El Rosario con la instalación de iluminación arquitectónica que resalta su belleza por la noche, incluso vistos desde el cielo.
En medio de este proyecto y con la reubicación de los vendedores quedaron algunos espacios vacíos que fueron intervenidos con la construcción de sitios de convivencia, como la Plaza de las Banderas, contiguo al mercado Central, y un parque lineal a un costado de la iglesia El Calvario.
La transformación sistemática no solo es del interés de los turistas, sino también de inversionistas que poco a poco se han acercado a las autoridades correspondientes para inaugurar nuevos espacios, como restaurantes, cafés, bares y hoteles, que son esenciales en un sitio turístico.
Actualmente, el Centro Histórico de San Salvador se proyecta como una zona de desarrollo que aportará a la economía del municipio y del país, en general.