Llegar a Santa Susana no fue fácil para Yuri Rodríguez. Este paradisíaco lugar, sede del Campeonato del Mundo de Fisicoculturismo, es un municipio de la comunidad autónoma de Cataluña, en la provincia de Barcelona, y situado a 678 kilómetros de Madrid y a unos 9,300 kilómetros de El Salvador.
Pero esa distancia parecía interminable por la serie de sucesos que rodearon la travesía.
Y es que por la pandemia del COVID-19, todos los aeropuertos del mundo han redoblado sus exigencias sanitarias, buscando preservar la salud de los viajeros. Y esas exigencias vuelven más engorrosos y lentos los pasos por las terminales aéreas.
El viaje de Yuri tenía el itinerario El Salvador-Madrid-Barcelona-Santa Susana. De esa manera, se salió de territorio cuscatleco a las 12:30 del mediodía del miércoles. Diez horas y media después, el inmenso pájaro de hierro estaba aterrizando en el imponente aeropuerto Madrid-Barajas.
El capitán del avión ofreció en un par de ocasiones disculpas a los pasajeros por el retraso ocasionado por una desviación en la ruta para evitar alguna consecuencia por la ahora depresión tropical ETA.
Perdieron conexión
Y ese desvío generó que el avión llegara más tarde de los previsto a Madrid. Y esos minutos se convirtieron en la pérdida de la conexión a Barcelona, programada para las 7:30 am (hora de España).
El avión que trasladó a Yuri y a su compañera Karla Velásquez hasta la Ciudad Condal partió cuatro horas después.
Y en la preparación de un fisicoculturista, esas cuatro horas pueden significar mucho. “Vos traes tu ritmo, tus horas calculadas. Pero bueno, esperamos que no nos afecte tanto”, dijo Yuri.
Pero aún faltaba otra mala noticia: al llegar a Barcelona, el equipaje no apareció. “Se quedó en Madrid. Lo vamos a enviar hasta mañana (viernes)”, explicaron en la línea aérea.
“Por suerte todo lo importante para la competencia lo traigo en la maleta de mano”, comentó el fisicoculturista.
Alrededor de las 5:00 p.m., (hora de España) y luego de abordar el tren, Yuri y Karla llegaron a Santa Susana, el municipio catalán situado sobre el litoral y que albergará el Campeonato del Mundo de Fisicoculturismo a partir de este viernes.
“Hay que ver el lado amable de todo esto que nos pasó. Por algo pasan las cosas”, comentó Yuri, momentos antes de buscar la sala donde tendría que esperar durante tres horas para poder subir a la báscula.