El Consejo de Derechos Humanos de la ONU exigió este viernes el cese de la venta de armas a Israel, invocando el riesgo de «genocidio» en Gaza, donde más de 33.000 palestinos murieron desde octubre en la guerra entre el Estado hebreo y Hamás.
Es la primera toma de posición de esta instancia de la ONU en el conflicto entre Israel y Hamás, si bien el Consejo de Derechos Humanos no dispone de medios coercitivos para obligar a que se aplique esta resolución.
Veintiocho de los 47 miembros del Consejo votaron a favor del texto, seis votaron no, entre ellos Estados Unidos y Alemania; y trece países, incluyendo Francia, India y Japón, se abstuvieron.
«Un voto sí es un voto por Hamás», apuntó la embajadora de Israel ante la asamblea, Meirav Shahar.
«Tienen que despertarse y poner fin a este genocidio retransmitido en directo por las televisiones de todo el mundo», lanzó el representante palestino, Ibrahim Mohammad Khraishi.
La resolución, promovida por Pakistán y apadrinada también por Bolivia, Cuba y la Autoridad Palestina, había sido enmendada el jueves para evitar la referencia a la noción de genocidio en varios pasajes del texto.
No obstante, manifiesta su profunda preocupación ante las informaciones que apuntan a graves violaciones de los derechos humanos y a violaciones graves del derecho internacional humanitario, en particular eventuales crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
La guerra se desencadenó por el ataque del movimiento islamista palestino Hamás, el 7 de octubre, en el sur de Israel, en el que 1.170 personas murieron, sobre todo civiles, según un recuento de la AFP basado en cifras oficiales israelíes.
En respuesta, Israel emprendió una ofensiva en la Franja de Gaza que ha dejado ya más de 33.000 muertos, mayoritariamente civiles, según el Ministerio de Salud gobernado por Hamás.
«Castigo colectivo»
El documento exige igualmente que Israel «ponga fin a su ocupación» del territorio palestino ocupado desde 1967, incluyendo Jerusalén Este, y que «levante de inmediato su bloqueo a la franja de Gaza y todas las demás formas de castigo colectivo».
La resolución llama a «todos los Estados a detener la venta, envío y entrega de armas, de municiones y de otros equipamientos militares a Israel (…), para prevenir nuevas violaciones del derecho internacional humanitario y violaciones de los derechos humanos».
La semana pasada, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó en Nueva York una resolución que pide un alto el fuego, que no ha tenido ningún impacto sobre el terreno. Israel acusa por otro lado desde hace tiempo al Consejo de Derechos Humanos de la ONU de tener posiciones sesgadas en su contra.
El documento aprobado este viernes no nombra a Hamás, aunque condena los disparos de cohetes contra zonas civiles israelíes.
La resolución «condena igualmente los ataques contra civiles, en particular el 7 de octubre de 2023, y exige la liberación inmediata de todos los rehenes, de las personas arbitrariamente detenidas y de las víctimas de desapariciones forzosas, así como la garantía de un acceso humanitario inmediato a los rehenes y los presos».
En su ataque del 7 de octubre, los comandos de Hamás capturaron a unos 250 rehenes. Un centenar de ellos pudieron ser canjeados en noviembre por prisioneros palestinos.
Israel estima que sigue habiendo en Gaza unos 130 rehenes, de los que 34 habrían muerto.