Cada 10 de octubre, la cúpula del FMLN, la dirección política, la fracción legislativa y los alcaldes bajo la bandera roja conmemoran la fundación del movimiento que en 1980 iniciaron cinco agrupaciones. Con el discurso de ser una fuerza política «determinante y protagonista», el ahora secretario general de este partido político, Óscar Ortiz, pregonó que van a continuar luchando por sacar adelante a El Salvador.
Pero este mensaje, si bien pareciera emanar de un partido unificado y fuerte, no termina de hacer eco entre sus mismos miembros y líderes. Desde el 1.º de junio de 2009 al 31 de mayo de 2019, el FMLN tuvo el control del Ejecutivo con los presidentes Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, respectivamente.
Sobre ese período de gobernanza roja en El Salvador, el exalcalde de Soyapango y exdiputado efemelenista Carlos Ruiz reconoció el 10 de octubre pasado que dichas administraciones presidenciales no se apegaron a las demandas que la población salvadoreña exigía.
«La gente esperaba que transformáramos la sociedad, pero no lo hicimos. No cambiamos el sistema educativo, el sistema de salud, la economía. Necesitábamos ir en otra dirección», planteó. Según Ruiz, hubo «proyectos insignias» en las gestiones efemelenistas, pero no se «profundizó» en los cambios que la ciudadanía demandaba.
Pero estas palabras solo refuer – zan la premisa de que al interior del FMLN hay descontento, divisiones y bloques dentro de su estructura, muy evidentes a partir de los desastrosos resultados electorales en 2019 y 2021.
Una de las últimas expresiones en ese sentido fueron las del exdiputado efemelenista Víctor Suazo, quien cuestionó a Eugenio Chicas, alto dirigente del FMLN, que fungió como secretario de Comunicaciones en Casa Presidencial durante el período de Sánchez Cerén.
«La irrelevancia en la que el FMLN está cayendo es muestra de la clara falta de liderazgo, pero, además, de la falta de capacidad de las personas que están al frente», expresó Suazo en una entrevista.
También le recriminó a Chicas por su incapacidad al frente del cargo que Sánchez Cerén le otorgó, y consideró que nunca estuvo al nivel para desempeñarse en este.
El exlegislador reprochó que los malos resultados elec – torales fueron la consecuencia directa de un manejo errado del partido, principalmente de la cúpula que lleva la dirección interna. La realidad, en el territorio, es distópica ante el discurso de unidad.
Con reuniones esporádicas, falta de líderes comunales y poca estructura definida, el FMLN ha perdido impacto en el trabajo territorial. Una exdiputada del FMLN, que habló bajo la reserva de su nombre, detalló que en diferentes departamentos del país existen bloques ligados a dos líderes del partido: Óscar Ortiz y José Luis Merino, que representan dos corrientes de pensamiento e ideología diferentes. Estos bloques son los que han ido fraccionando el interior del FMLN, derivando en los resultados electorales, viéndose mermada radicalmente su fuerza territorial.
La división también ha ido llegando hasta la máxima línea de poder, en la que se empiezan a tomar bandos en aras de conservar algún grado de decisión dentro del partido. Casos emblemáticos, como perder las alcaldías de Mejicanos y San Marcos, en San Salvador, demostraron que la división interna fue el cáncer que terminó dañando de muerte al FMLN.
Además, el pasado de corrupción empieza a alcanzar al partido de izquierda con casos de exfuncionarios que recibieron de forma irregular fondos públicos por diferentes mecanismos ilícitos. Precisamente, es Eugenio Chicas junto con Lorena Peña, otrora líder histórica del partido, quienes están señalados de recibir más de $1 millón por medio de las organizaciones Fundaspad y Las Mélidas, vía asignaciones presupuestarias de la Asamblea Legislativa.
Ambos habrían seguido el mecanismo de entrega de fondos autorizados bajo negociaciones sospechosas en la comisión de hacienda y especial del presupuesto, que era de donde se giraban los recursos. En el caso de Fundaspad, ofreció proyectos sobre capa – citaciones políticas que nunca se realizaron, según comprobaron los diputados de la comisión que investiga el uso de dichos fondos.
Las Mélidas habría propuesto proyectos de empoderamiento de mujeres que no llegaron a ejecutarse, pero por los cuales sí recibió dinero.
Y la lista de señalamientos por corrupción continúa. Los casos más emblemáticos: los dos expresidentes de la república por el FMLN, residentes en Nicaragua, quienes solicitaron asilo ya que alegaron persecución política cuan – do se comenzaron a conocer sus artimañas en el Ejecutivo.