El Manchester City, vigente campeón de la Champions, logró la Supercopa de Europa al batir al Sevilla, vigente ganador de la Liga Europa, en los penales (5-4) tras haber igualado 1-1 en el tiempo reglamentario, este miércoles en Atenas.
El error del jugador serbio del Sevilla Nemanja Gudelj en la sesión de penales permitió al club inglés, dirigido por Pep Guardiola, ganar por primera vez en su historia la Supercopa.
El técnico español ganó su cuarta edición de este trofeo tras las de 2009 y 2011 (con el Barcelona) y 2013 (Bayern Múnich), igualando el récord de Carlo Ancelotti.
«El Sevilla es un muy bien equipo, en la primera parte nos ha girado mucho, de izquierda a derecha, con los centros. Al principio de la segunda parte nos pudieron sentenciar, tuvieron dos claras, luego encontramos el ritmo», dijo Guardiola.
Cole Palmer (minuto 63) había igualado para el City después de que Youssef En-Nesyri abriera el marcador para el equipo español (25). Ambos tantos fueron de cabeza.
El Sevilla, siete veces ganador de la Europa League en los últimos 17 años, rozó la Supercopa ante el gran dominador de la Premier League, pero Gudelj se topó con el larguero y el trofeo que abre el fútbol continental viajará a Inglaterra.
«Peleamos, sabíamos que iba a ser muy difícil, hicimos muchas cosas muy bien. Este equipo no por nada ha ganado todo lo que ha ganado y lo que va a ganar en el futuro, pero se ha visto lo que es el Sevilla, es una pena no llevar la copa a casa», señaló el croata Ivan Rakitic.
Rey de la segunda competición europea, peor se le ha dado la Supercopa. Solo tiene un trofeo y ha perdido las cuatro últimas, con tres prórrogas y en los penales -no había prolongación- este miércoles.
Gvardiol sucumbe ante En-Nesyri
«Creo que hemos hecho un buen partido pero nos ha faltado definir. Estábamos haciendo bien las cosas pero nos faltaba pegar el puntillazo… Con el golazo que ha metido En-Nesyri, luego las ha tenido más sencillas y no las ha podido meter», añadió su técnico José Luis Mendilibar.
En su tercer partido oficial de la temporada, tras la Community Shield -derrota ante el Arsenal en penales- y la primera jornada de la Premier League, Guardiola rotó en su once, obligado en parte por las bajas del belga Kevin De Bruyne y de Bernardo Silva, enfermo.
Las miradas estaban puestas en el central croata Osko Gvardiol, fichaje estelar del City, procedente del Leipzig en un traspaso de 90 millones de euros (98 millones de dólares), para fortalecer la zaga del campeón europeo.
Su bautismo como titular se vio ensombrecido por un cabezazo espectacular de En-Nesyri a los 25 minutos. El error también fue del neerlandés Nathan Aké, el otro zaguero.
Era la primera vez que ambos jugadores compartían defensa y su falta de compenetración fue evidente en una cita altura.
Palmer, una amenaza
Fue el segundo gol del internacional marroquí En-Nesyiri esta temporada, tras haber marcado contra el Valencia en la derrota 2-1 del Sevilla en la jornada inicial de la Liga.
Además de su gol, el espigado delantero fue un tormento para la defensa inglesa, amenazada por sus carreras y su juego aéreo.
Otro jugador que arranca en gran forma firmó el empate. Palmer, internacional inglés sub-21 y ya goleador en la Community Shield, ocupó la banda derecha de Bernardo Silva y volvió a mostrar su alto nivel.
El zurdo nacido en Manchester se mostró peligroso en el regate, los golpeos y los centros. Completó su gran noche con un cabezazo en el segundo palo tras un centro del español Rodri, el héroe de la final de la Champions hace dos meses, que significó el 1-0.
En Atenas los Citizens añadieron un nuevo trofeo a su colección de 2023, tras el triplete Premier-Copa-Champions de la pasada temporada.