El mundo necesita esforzarse «mucho más en todos los frentes», abandonar los combustibles fósiles y reducir las emisiones de CO2 a partir de 2025 para frenar la crisis climática, según informe de la ONU clave para las negociaciones de la COP28 de Dubái en tres meses.
Este documento fue publicado este viernes justo cuando los dirigentes de las principales naciones del G20 comienzan a reunirse en Nueva Delhi, con pocas esperanzas de lograr avances ambiciosos en la cuestión climática.
Mientras las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos y Europa disminuyen desde hace años, las de China (principal emisor) e India siguen aumentando.
El informe es la primera etapa del primer «balance mundial» (Global stocktake) sobre los avances en los objetivos del Acuerdo de París de 2015, entre ellos el más ambicioso, limitar el calentamiento global a 1,5 ºC.
Los países que firmaron el acuerdo deberán tomar una decisión política a la altura de las circunstancias durante la 28ª conferencia climática de la ONU.
La COP tendrá lugar del 29 de noviembre al 12 de diciembre en Emiratos Árabes Unidos, tras el verano boreal más caluroso jamás registrado en la historia, repleto de fenómenos meteorológicos extremos favorecidos por el cambio climático.
El informe de la ONU será la base indiscutible de las duras negociaciones de esta COP, que podría ser la mayor de la historia (90,000 asistentes previstos) y que tendrá como cuestión central el futuro de las energías fósiles como el carbón, el petróleo y el gas.
«El mundo no va por buen camino para cumplir los objetivos a largo plazo del Acuerdo de París», concluyó el informe.
El aumento de la temperatura ya se sitúa en casi 1,2 ºC respecto a la era preindustrial, y sus efectos devastadores se multiplican con cada décima de grado extra.
«Aunque la acción continúa, queda mucho más por hacer en todos los frentes», resumió el documento.
Entre las condiciones indispensables para «una transición energética justa hacia la neutralidad de carbono» está el abandono progresivo del uso de combustibles fósiles cuyas emisiones no puedan capturarse y el desarrollo de las energías limpias.
Además, las emisiones de gases de efecto invernadero deberán tocar su techo antes del 2025 y caer un 43% antes de 2030 y un 60% antes de 2035 respecto a los niveles de 2019, alcanzando la neutralidad de carbono en 2050.