El papa Francisco, de 86 años, fue internado este miércoles en el hospital Gemelli de Roma, donde permanecerá «varios días» debido a una «infección respiratoria», indicó el Vaticano.
El pontífice «tuvo que someterse a controles médicos en la jornada debido a que en los últimos días se quejaba de dificultades respiratorias», explicó en una nota el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
Los controles médicos «pusieron de manifiesto una infección respiratoria (excluido el covid 19), la cual va a requerir varios días de un adecuado tratamiento médico hospitalario», precisó.
La hospitalización inesperada del pontífice argentino desataron interrogantes sobre su real estado de salud.
Las audiencias de los próximos días fueron anuladas y se ignora si Francisco podrá celebrar la misa del Domingo de Ramos, el 2 de abril, y las ceremonias de Semana Santa que suele encabezar.
«El papa Francisco está conmovido por los numerosos mensajes recibidos y expresa su agradecimiento por la cercanía y la oración», subrayó el Vaticano.
Fuentes del centro médico romano refirieron que el pontífice llegó en ambulancia tras presentar problemas cardíacos o respiratorios y que fue sometido a una tomografía computarizada.
Francisco, que en marzo festejó diez años de papado, participó por la mañana en la audiencia general en la plaza de San Pedro y se le vio sonriente cuando saludó a los fieles desde su «papamóvil».
Sin embargo, según los fotógrafos de AFP, se movía con dificultad y parecía sufrir de fuertes dolores.
El jesuita Jorge Mario Bergoglio, que adoptó el nombre de Francisco al ser elegido al frente de la Iglesia Católica, se traslada en silla de ruedas desde mayo de 2022 debido a una artritis en la rodilla derecha.
En julio de 2021 permaneció diez días en el hospital Gemelli por una delicada operación de colo.
Esa intervención, contó, le dejó «secuelas» que lo llevaron a descartar una cirugía de rodilla aconsejada por sus médicos.
El mundo conocía ya sus achaques debido a que sufría de una ciática crónica que lo obliga a cojear, por lo que tuvo que renunciar en algunas ocasiones a ceremonias oficiales.
El hospital Gemelli es el centro médico donde el papa Juan Pablo II fue internado en varias ocasiones y donde le extirparon un tumor benigno en el colon en 1992.
Conjeturas y secretos
En varias entrevistas concedidas en los últimos meses, el papa evocó la posibilidad de renunciar, tal como lo hizo en 2013 su predecesor, Benedicto XVI, fallecido a finales de 2022.
En julio del año pasado, confesó que «ya no podía viajar» con el mismo ritmo de antes y mencionó que podría «hacerse a un lado».
Pero el mes pasado aclaró que la renuncia de un papa «no debe convertirse en una moda» y que esa idea «por el momento» no estaba en su agenda.
Francisco cuenta desde hace un año con un «asistente personal sanitario» permanente, una enfermera.
La salud de los papas ha sido siempre «materia reservada» para el Vaticano y mantenida en general en secreto.
El médico y periodista argentino Nelson Castro, amigo de Bergoglio desde que era arzobispo de Buenos Aires, presentó recientemente en Roma un libro sobre la salud de los papas, recorrió las enfermedades padecidas por ellos desde Leon XIII (1878-1903) y reportó charlas al respecto con Francisco.
En esas charlas, Francisco le contó que se había «recuperado por completo» y que nunca se había sentido limitado desde entonces.
También reveló que cuando residía en Argentina fue tratado con acupuntura china por el dolor de espalda, que sufría de «cálculos en la vesícula biliar» y que en 2004 tuvo un problema cardíaco «temporal» debido al ligero estrechamiento de una arteria.