No bastaron 90 minutos ni tampoco los 30 extras: el campeón de campeones de la liga de bronce en la zona centro-oriente y dueño del boleto a segunda división se definió por la vía del penalti y el loterillazo se lo llevó Pipil 3-1 y esto generó un mar de llantos entre los jóvenes jugadores de Audaz.
El primer acto acabó en blanco, pero en intensiones, hambre y ambición por la victoria y gloria e incluso futbolísticamente fue superior el Audaz que de la mano de Kevin Viscarra en la zona ancha le dio un mejor trato a la pelota y consecuentemente generó mayor peligro sobre la cabaña de Pipil.
La primera llegada con real peligro ocurrió poquito antes del cuarto de hora en un centro desde la izquierda que no pudo capitalizar Orzy Rodríguez.
El ariete quedó franco mano a mano ante el meta Edgar Romero que se jugó el físico y logró tapar el remate cuando la hinchada de los coyotes de Apastepeque, congregada en el estadio Sergio Rivera de Usulután ya alistaban las gargantas para gritar gol.
El representativo de Cacopera, Morazán, quien apostó por la estrategia del contragolpe en la etapa inicial replicó a la agresión en un pelotazo que superó a la defensa de los vicentinos y que quedó para que Walter Alvarenga jalara el gatillo y tumbara la cabaña de Audaz, pero salió a tiempo el portero Misael Erazo y ahogó la celebración de los morazánicos. Luego tuvo un remate que pasó apenas desviado, pero en ofensiva no dio para más porque su rival tuvo la pelota y aunque no tuvo tanta claridad dio la sensación hasta antes de la pausa que estaba más cerca del gol. Al final llegó el silbato para el descanso y el marcador cerró 0-0.
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En el complemento los papeles se intercambiaron: el balón pasó a poder de los de Cacaopera y a los coyotes no les quedó más que levantar barricadas, defender y tratar de oxigenarse alejando la pelota de su área lo más posible y tratar de agredir con un pelotazo certero.
Al final el cronómetro se chamuzcó de prisa en la Caldera del Diablo de Usulután, terminaron los 90 minutos en cero y obligó a jugar un tiempo extra cargado de interrupciones por el desgaste físico que igual terminó sin gol y hubo definir ganador y ascendido desde la mancha del penalti.