Dentro de un año, en 2024, El Salvador estará desarrollando otra fiesta democrática: las elecciones para elegir al presidente y al vicepresidente de la república para el quinquenio 2024-2029, y diputados de la Asamblea Legislativa para el trienio 2024-2026.
Será la primera de dos jornadas electorales, ya que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) decidió separar para otra fecha los comicios para concejos municipales y diputaciones al Parlamento Centroamericano (Parlacen).
El gran evento electoral tendrá una peculiaridad, y es que a iniciativa del presidente de la república, Nayib Bukele, la Asamblea Legislativa aprobó en 2022 la Ley Especial para el Ejercicio del Sufragio en el Extranjero, que le permitirá a la diáspora, por primera vez en la historia, ejercer el voto activo y pasivo, es decir que además de emitir el sufragio por los candidatos de su preferencia, los salvadoreños en el exterior se podrán postular a cargos de elección popular.
Además, la normativa contempla diversos beneficios para los connacionales, los cuales les darán mayor garantía para hacer uso de su derecho al voto. Uno de estos es para los que tienen Documento Único de Identidad (DUI) con residencia en el extranjero, pues podrán votar mediante la modalidad remota por internet desde cualquier dispositivo electrónico y en cualquier parte del mundo.
Mientras que los salvadoreños que cuenten con DUI domiciliado en El Salvador deberán acudir a los centros de votación que destine el TSE para emitir el sufragio en la modalidad electrónica presencial, por medio de un sistema informático que implementará el organismo electoral. Será una fiesta democrática salvadoreña tanto a escala nacional como internacional.
Según la ley, los beneficiarios de ambos mecanismos serán inscritos en un registro electoral para el voto electrónico, con el propósito de que exista transparencia en el proceso y evitar cualquier caso de doble votación. La oposición política ha vuelto a retomar el discurso de un supuesto fraude, pero el TSE ha garantizado que el proceso será transparente y eficaz.
De hecho, el organismo colegiado comenzó a organizar las elecciones desde el último semestre de 2022, con la preparación del Plan General de Elecciones (Plagel) para el voto nacional; asimismo, con la ejecución de capacitaciones anticipadas para potenciales integrantes de las juntas receptoras de votos (JRV), para tener un catálogo de ciudadanos para desempeñarse en esa área el día de los comicios.
Asimismo, a finales del año pasado presentó al Ministerio de Hacienda una propuesta de presupuesto para el voto nacional, que asciende a $89,040,535. El magistrado Noel Orellana aseguró recientemente que ya justificaron el 81 % de los fondos solicitados para la fiesta electoral nacional.
Este año, el TSE lo inició con una campaña digital para dar a conocer a los salvadoreños la fecha límite para modificar la residencia en el DUI y que puedan votar cerca de sus hogares. El plazo se venció el 3 de febrero; sin embargo, la Asamblea Legislativa avaló la semana pasada disposiciones transitorias para extender el período hasta el 3 de abril próximo para el caso de los salvadoreños que viven en el país. Los que residen en el exterior también fueron beneficiados con un decreto legislativo que les otorgó hasta el 4 de noviembre para actualizar datos en el DUI. Ambas extensiones han sido criticadas por la oposición política, principalmente por el FMLN.
Las sesiones de trabajo del TSE no han parado desde que inició 2023, preparando el Plagel para el voto en el exterior, el cual, según el magistrado Noel Orellana, casi se tiene completo, lo único que hace falta son revisiones técnicas.
En cuanto al presupuesto para el voto en el extranjero, aún no se conoce el monto, pero se contempla la contratación de una empresa para desarrollar el «software» con el cual se emitirá el voto remoto por internet.
De acuerdo con el TSE, la fiesta democrática de 2024 será para escoger a 3,206 funcionarios. Hasta la fecha, el registro electoral lo integran 6,118,947 salvadoreños aptos para ejercer el voto; de estos, un total de 604,681 viven en el extranjero, el 98 % en Estados Unidos y el 2 % en el resto del mundo.