El director del Centro de Estudios e Instrucción Militar (CEIM), capitán de fragata Érick Mangandí Serrano, se refirió a la preparación de los jóvenes que se inscriben en los cursos de marinos mercantes que imparte el Centro de Formación de Marinos Mercantes, situado en las instalaciones de la Fuerza Naval, en el departamento de La Unión, donde son capacitados para trabajar en empresas propietarias de buques y cruceros turísticos que recorren el mundo.
Durante una conversación con «Diario El Salvador», el jefe militar explicó cómo estos cursos le están cambiando la vida a cientos de jóvenes a los que se les presentan oportunidades en ese ámbito.
¿Cómo preparan a los jóvenes para que se desenvuelvan como marinos mercantes?
Lo que se hace es adiestrar a los jóvenes para que se puedan embarcar en buques, cruceros mercantes y puedan obtener un salario que oscila entre 1,200 y 1,500 euros. De los 600 alumnos que hemos graduado, entre 300 y 330 están a bordo de embarcaciones. Esto contribuye a la economía de sus familias.
La escuela está tratando de pasar al siguiente nivel porque los marinos mercantes que preparamos deben tener alguna capacidad [adicional], por ejemplo, la de ser chef, barman y para que aprendan inglés; es decir, que tengan las habilidades para atender a los turistas que llegan en los buques en los que ellos van a trabajar. Esto les abre una gama de posibilidades de empleo.
Háblenos de la certificación de estos cursos.
La certificación la damos nosotros después, [los estudiantes] tienen que sacar licencia con la Autoridad Marítima de El Salvador. Con nosotros también tienen la posibilidad de obtener la certificación con la Autoridad Marítima de Panamá, porque ellos sí explotan esa área. Hablamos de que es uno de los países que tiene la mayor cantidad de buques a escala mundial, unos 3,000. Panamá brinda en sus escuelas diferentes tipos de formación: maquinaria, marinos, oficiales mercantes en todos los niveles. Han venido acá a hacer inspecciones y a certificarnos, y se han ido satisfechos.
¿Cómo surgió la idea de involucrar a los jóvenes en estas actividades?
Como Fuerza Naval vemos la gama de oportunidades que existen en el ámbito marítimo, en el litoral salvadoreño. Tenemos que abrirnos a esa gama de oportunidades que da el mar; si nos fijamos la mayor cantidad de países desarrollados, sus ciudades más grandes están en las áreas portuarias, y si ellos lo han hecho así, por qué lo vamos a hacer diferente. Debemos aprovechar el mar, si queremos desarrollarnos al nivel que deseamos. Si nos fijamos, el señor presidente [Nayib Bukele] ha estado haciendo eso con Surf City, Surf City II, el Tren del Pacífico. Las áreas marítimas tienen una riqueza incomparable.
En ese contexto, ¿cuál es el mensaje para los jóvenes?
El mensaje sería que nuestra juventud debe cambiar su visión; además, pedirles a las universidades empezar a educarnos en el ámbito marítimo: ingeniería en construcción naval, arquitectura naval, ingeniería en mantenimiento de equipos navales, estudios de biología marina. También están los topógrafos que hacen las batimetrías para entender el subsuelo marino [hacen estudios en puertos para solucionar los problemas que genera el sedimento acumulado que dificulta el ingreso de los barcos]. Hay que tener personal especializado para hacer dragado y ver cuánto es el nivel de profundidad para los buques que queremos atender en nuestros puertos. Hay una gama de oportunidades que tenemos que abrirlas en el país, si queremos dar ese salto de calidad en la vida de los jóvenes y de la población salvadoreña.
A futuro, ¿cuál es el siguiente aporte de la institución?
Estamos tratando de llevar a otro nivel el Centro de Formación de Marinos Mercantes. Estamos en un nivel básico y queremos dar el salto a marinos y de marinos empezar a ver si se puede capacitar a oficiales de buques mercantes. Para que alguien sea oficial, por ejemplo, en marinas como la de Chile, México, Argentina y Estados Unidos, el personal debe pasar períodos de formación que son como una licenciatura o ingeniería. Por eso se necesita personal capacitado en ese nivel para mantener a flote y maniobrar las embarcaciones.
¿Las certificaciones de este curso tienen validez en otros países?
Somos reconocidos por la Organización Marítima Internacional en cualquier parte del mundo, por eso ellos [los graduados] se han embarcado en buques en Europa y Estados Unidos sin problemas.
¿Cuánto tiempo permanecen los jóvenes en estas embarcaciones?
Por lo general, están seis meses y regresan un mes, vuelven a la empresa; ellos hacen un ciclo de trabajo. Hay períodos de temporadas altas que es cuando viene mayor cantidad de turistas.
Usted mencionó que este tipo de actividades dinamiza la economía familiar.
Claro, porque son de 1,200 a 1,500 euros que están ganando ellos con un nivel básico [de formación], que les estamos dando; pero, según vayan ascendiendo pueden ganar más de 2,000 y 3,000 euros. Un primer oficial está ganando entre 5,000 a 6,000 euros, dependiendo de cuál sea la embarcación.
¿Cómo han visto la recepción de las capacitaciones en los alumnos?
Es muy buena, de hecho, tuvimos a un joven que hizo un rescate cuando estuvo en el puerto donde un turista cayó al agua y sin pensarlo dos veces saltó para rescatarlo. La empresa [para la que trabaja] quedó encantada porque no cualquiera hace eso por una persona que no conoce, es un aporte adicional. Los jóvenes que adiestramos tienen esa compenetración, esa habilidad para atender cualquier emergencia y auxiliar a las personas.
¿Tienen casos de jóvenes que al estar en estos cursos se han sentido motivados para formar parte de la Fuerza Naval?
Todo eso ayuda. Nosotros tenemos un bachillerato que es un vivero de jóvenes que muchas veces ingresan a la Fuerza Naval, ingresan a la Escuela Militar o pasan por los centros de formación de marinos mercantes para continuar en este ámbito.