La maestra de preescolar Lolita Akim enciende cinco ventiladores de pie y otros tres están listos para ayudarle a captar la atención de sus pequeños alumnos en el sofocante calor de Manila.
El año pasado, olas de calor de hasta 38,8 °C provocaron por primera vez el cierre masivo de escuelas en todo el país, lo que afectó a millones de alumnos y obligó a una serie de cambios.

Este año escolar comenzó dos meses antes de lo normal para terminar el período antes del calor máximo en mayo.
Las clases se reorganizaron para evitar el calor del mediodía y las aulas cuentan con ventiladores y agua.
Akim batalla día a día para mantener a los niños seguros y motivados.

«En este clima quedan empapados en sudor. Se ponen inquietos y se levantan mucho. Es difícil que pongan atención», comentó sobre sus alumnos de cinco años en la Escuela Básica Senador Benigno S. Aquino.
Unos seis millones de alumnos perdieron hasta dos semanas de clases en 2024 debido a una temperatura récord de 38,8 ºC, según el Departamento de Educación.
Las escuelas reportaron casos de agotamiento por calor, sangrado nasal y hospitalizaciones ante la falta de aire acondicionado.

Científicos advierten que el calor extremo es un indicador del cambio climático, causado en parte por la quema de combustibles fósiles.
Pero incluso este año, cerca de la mitad de las escuelas de Manila debieron cerrar dos días en marzo cuando el índice de calor (que mide temperatura y humedad) alcanzó niveles peligrosos.
Advirtió que las condiciones en la mayor parte del país oscilarán entre «extrema cautela» y «peligro» en el sistema gubernamental de alerta de calor, sobre todo en abril y mayo.
El 11 de abril, numerosas escuelas de Manila cerraron cuando el calor alcanzó 34 ºC y índice de calor llegó al nivel «peligroso» en al menos cinco provincias.