Un mes después de que Biden asumió el cargo, Estados Unidos volvió a ser parte del pacto global de 2015 para enfrentar el peligroso aumento de las temperaturas del planeta.
Este reingreso significa que el Acuerdo de París nuevamente incluye prácticamente a todos los países del mundo, después de que el predecesor de Biden, Donald Trump, abandonó el convenio y argumentó que era injusto con la mayor potencia del mundo.
En un discurso ante la Conferencia de Seguridad de Múnich, Biden pidió a los países europeos que redoblen sus compromisos para combatir el cambio climático. «Ya no podemos retrasar ni hacer lo mínimo para abordar el cambio climático, esta es una crisis existencial global. Todos sufriremos las consecuencias», expresó.
Biden tiene prevista una cumbre climática para el 22 de abril de 2021, en coincidencia con el Día de la Tierra. Y John Kerry, exsecretario de Estado y ahora enviado climático de Estados Unidos, pidió al mundo que aumentara sus ambiciones en las conversaciones sobre el clima de la ONU que tendrá lugar en Glasgow en noviembre.
El compromiso de Biden es hacer que el sector energético de Estados Unidos esté libre de polución para 2035 y pasar a una economía de emisiones cero para 2050.
El impulso político en torno al tema ha crecido en medio de señales de que el cambio climático ya cobra un precio importante. Un estudio reciente halló que 480,000 personas han muerto en lo que va del siglo en desastres naturales relacionados con el clima extremo.