Por: Ricardo Pajares
Varias semanas han pasado desde la inauguración de la nueva biblioteca nacional de El Salvador. La reacción de quien en verdad importa (la gente), ha sido abrumadora. Llenos totales y largas filas para entrar. Quisiera dedicarle unas líneas a quienes han criticado y visto de menos la biblioteca y el trabajo que se realiza adentro de ella.
Un personaje prominente criticó la temática de algunas exhibiciones por ser «cultura pop» y no literatura seria. Al respecto, un profesor de literatura alguna vez me dijo que «si obligamos a los niños a leer a Cervantes y los libros clásicos, no volverán a tocar un libro al terminar la escuela. Si quieres leer sobre superhéroes, hazlo, pues todavía eres un niño».
Y así lo hice. Con el pasar de los años, mis gustos literarios cambiaron, maduraron junto conmigo y pude disfrutar de autores como Fiodor Dostoyevski, Gabriel García Márquez, José Saramago, entre otros. A menudo me quejaba con mi profesor de que estos libros que me parecían más interesantes no eran tomados en cuenta para el año escolar, pero esa es otra historia que espero me permitan contar más adelante.
Alguna vez escuché a mi profesor decir «lo que importa no es lo que aprendas sino en lo que te conviertas». En verdad, da igual sobre qué decidan leer al inicio. Si con el tiempo los niños se convierten en buenos lectores o incluso en escritores, toda la inversión habrá valido la pena. A quienes les molesta ver a los niños entrar a una biblioteca para leer cómics y jugar videojuegos, o se burlan de las personas que intentan coger un libro por primera vez en mucho tiempo, tranquilos, los libros estarán allí. Serán descubiertos por grandes y pequeños con una mente curiosa.
Quienes se atrevan a escribir tienen la oportunidad de llegar a todo el mundo. Amazon ofrece una suscripción que incluye acceso a miles de libros sin costo adicional para el usuario (que, dicho sea de paso, leen mucho, sobre todo en inglés). A pesar de que la ganancia por libro leído es menor a lo que se puede ganar vendiendo cada libro individual, el sistema permite llegar a muchas más personas, en el rango de miles, aun sin ser muy conocido. Durante siglos, muchos escritores solo habrían podido soñar con algo así e invito a los escritores salvadoreños a publicar en Kindle Unlimited. Fue bajo ese modelo que publiqué mi novela «El reencuentro» bajo el pseudónimo de Richard Putzey.
Y citando una vez a mi querido profesor (que fue nombrado Gran Maestre de Cuento en 2007): «el objetivo de la clase de literatura debería ser lograr que a los niños les guste leer».
Por Wilfredo Bonifacio Córdova