De manteles largos: 99 años, (nació el 21 de septiembre de 1923), el Firpo planeó servirse al Águila de pastel y en dulzar a su hinchada con un triunfo, pero el deseo lo externó en público y al final solo le alcanzó para firmar un 1-1 qur abonó poco en el festejo del casi centenario, pero que le ayuda a sumar su segundo punto del torneo.
Los emplumados llegaron a la «Caldera del Diablo» a pararse con autoridad sobre el césped . De entrada se hicieron el balón, lo monopolizaron, y achicaron a los toros a su propio terreno. Ese lapso, que abarcó los 25 minutos iniciales, Gerson Mayén y Tomás Granitto dominaron a placer la zona ancha, pero todo el esfuerzo fue infructífero ya que Jomal Williams nunca pudo safarse de la marca de Eduardo Vigil y Jahir Barraza es de «confianza» para las defensas rivales.
Hasta ahí, Firpo tambien fue un cero en ofensiva y la hinchada taurina lo único que tuvo pudo celebrar fueron los duelos perdidod por Jomal (con pasado taurino) , algún regate de Gersain Caicedo o un simple despeje de Vigil para alejar el peligro.
A partir de este despliegue pobre en ambiciones y futbolísticamente precario, parecía improblable que Firpo organizara la fiesta y tuviera las credenciales de anfitrión , pero le bastó una llegada certera por izquierda para conseguir un penalti. Castigo que Raúl Peñaranda se encargo de transformar en gol a los 26 minutos y poner un toque de festividad al ambiente.
El tanto no logro más que alterar la pizarra, pues en la cancha, el tiempo restante del primer acto, estuvo siempre bajo el dominio de los migueleños que tuvieron el empate en una jugada malograda por Jomal.
En el arranque el complemento el técnico Sebastián Bini movió el tablero, y el resultado llegó de inmediato. No tenía ni diez minutos en la cancha Dustin Coreas decretó cuando con un misil de zurda decretó el 1-1.
La anotación llegó con el 54′ y se esperaba en adelante un juego más abierto, abundante en emociones, pero las llegadad a marco fueron esporádicas y las ocasiones a gol, si es que las hubo, no fueron capitalizadas y el clásico de oriente debió cerrarse en una división de honores.