Frente al impacto económico que generó la COVID-19 en el país, surgen informes que vislumbran oportunidades que podrían ser capitalizadas para retomar los niveles de crecimiento económico y recomponer la infraestructura productiva.
Así lo establece la firma consultora internacional Ernst & Young (EY, por sus siglas en inglés) en un reciente estudio donde explora los retos y las oportunidades para superar el impacto de la pandemia en la región centroamericana.
En el caso salvadoreño, EY reconoce una contracción promedio del -5.5 %, según las estimaciones del FMI, una deuda pública que rondará el 87 % para finales de 2020, una tasa de desempleo del 8 % y un incremento en los niveles de pobreza extrema al 12.3 %.
En este sentido, la consultora señala que el alto endeudamiento y aumento del gasto, ambos indicadores derivados en buena medida de las acciones para contener la pandemia, dejarán un reducido espacio fiscal a la nación centroamericana.
Lo anterior implicaría una dificultad en la ejecución de políticas públicas para disminuir la pobreza y las acciones para impulsar el crecimiento de la inversión pos pandemia.
Sin embargo, EY afirma que los anuncios gubernamentales de proyectos de fortalecimiento de la recaudación fiscal a través de la implementación de la factura electrónica, mecanismos de modernización tributaria y el establecimiento de nuevos impuestos podrían dar un respiro a las finanzas de El Salvador.
Además, recomiendan profundizar las medidas que ayuden a crear y mantener los empleos y la solvencia de las empresas. Acciones que se están canalizando mediante de un paquete de salvataje económico que realiza el gobierno a través del Banco de Desarrollo de El Salvador (Bandesal) por $600 millones.
Por su parte, las gremiales como la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) reconocen un incremento de las exportaciones desde que se dio la reapertura económica, aunque indican que cerrarán el año con una caída del 20 % con respecto a 2019, lo que atribuyen al impacto de la pandemia.
A escala regional, EY considera que la principal dificultad de los gobiernos para enfrentar el panorama pos pandemia será encontrar un balance óptimo entre las políticas de salud y las económicas, ya que las primeras han tenido un impacto negativo sobre las segundas.
La consultora señala que el desarrollo de innovación para dar competitividad a las economías, el fortalecimiento de los sistemas de salud y la posibilidad de generar diálogo entre los sectores son las oportunidades que tiene la región para salir adelante.
TOME NOTA
GIRO A LA ESTRATEGIA
José Luis Magaña, consultor en políticas económicas y sociales de Panorama Económico, sostiene que es momento de repensar la estrategia económica de El Salvador, basada en una reterritorialización (la recuperación y fortalecimiento de identidades y valores territoriales) de los procesos productivos, como el fortalecimiento de cadenas de abasto y suministro locales, que permitan conectar iniciativas económicas internas.
PAÍSES IMPACTADOS
El Fondo Monetario Internacional (FMI) dice que China será la única economía que presentará crecimiento este año, con un 1.9 %, mientras que naciones económicamente pujantes como Estados Unidos, Japón o Alemania cerrarán con números negativos. Si los quebrantos de la emergencia mundial han sido graves para los países más poderosos, la COVID-19 significa un verdadero reto para naciones como El Salvador y el resto de la región.
«Es comprensible [la caída económica], el mundo estuvo paralizaod por cuatro meses, nuestro principal mercado que es Estados Unidos disminuyó notablemente»
Jorge Arriaza, director ejecutivo de la ASI
«Para enfrentar este contexto es importante retomar un enfoque de planificación de política pública, que reflleje las prioridades del gobierno y las estrategias generales de intervención».
José Luis Magaña, consulto.
«El impacto a nivel microeconómico lo veremos muy rápido en el crecimiento de las empresas antes de finalizr el año el efecro positivo ya lo vamos a estar viendo en nuestras cifras».
Maria Luisa Hayem, ministra de Economía.