Trazado español y calles empedradas son fiel el reflejo de su pasado colonial. Clima fresco y una extensión de territorio rodeado por cerros y montañas. Así es Panchimalco, un lugar excepcional para visitar.
Ubicado a 18 km al sur de San Salvador y a solo solo 30 minutos de la capital, la ciudad es uno de los vestigios coloniales que conforman el patrimonio cultural de El Salvador y que ofrece a los visitantes salvadoreños y extranjeros diferentes opciones para disfrutar y relajarse.
El recorrido puede iniciar en la iglesia de la Santa Cruz de Roma, una verdadera joya arquitectónica de hace 200 años. Aunque sus fiestas patronales se celebran en septiembre, las fiestas de «las flores y las palmas» que se celebran en mayo y que coinciden con el inicio de la época lluviosa atraen a millares.
La celebración se prolonga durante una semana y en ella llevan a cabo diferentes actividades culturales, elaboración y venta de comida típica, dulces, chicha, entre otros. El festejo es una mezcla entre la religión católica y las costumbres precolombinas.
Cuando no hay celebración, en Panchimalco siempre hay opciones. Afuera de la iglesia se pueden probar y deleitar dulces típicos, antojitos u otro bocadillo.
Un recorrido por el centro del pueblo, la casa de la cultura y algunos cafés es muy buena opción.
Rumbo a Los Planes de Renderos
Dejando atrás Panchimalco, rumbo al Parque Balboa, en los Planes de Renderos, es obligatorio el recorrido en la calle asfaltada y decorada con obras talladas en piedra.
Son gigantescas figuras de conejos, tortugas, gorilas, cocodrilos y serpientes que le dan vida a la calle e invitan a los turistas a detenerse y hacerse la respectiva fotografía del recuerdo.
En el parque se puede visitar el pupusódromo, el cual está abierto de 8 de la mañana a 9 de la noche.
Hay pupusas de todas las variedades posibles, ya sea de maíz o de arroz. En el lugar también podrás encontrar desayunos tradicionales y exquisitos almuerzos como sopa de gallina y carne asada; y los fines de semana podrás disfrutar la deliciosa sopa de pata.
Aproximadamente son 10 los lugares para comer, donde te esperan para brindarte el mejor servicio y con precios bastante accesibles. Los almuerzos rondan los $2.50.
Para hacer la digestión, a un kilómetro al sur de los merenderos se encuentra el cerro El Chulo, cuya formación pétrea se ocasionó por un copioso temporal en 1762. El lugar es mejor conocido como La Puerta del Diablo.
Recientemente ha sido reabierto al público para que pueda subir hasta la peña más alta y contemplar la sublime belleza de una parte del país. Desde La Puerta del Diablo se aprecia el litoral Pacífico, la villa de Panchimalco, el lago de Ilopango, el cerro Las Pavas y el volcán de San Vicente.
Y para finalizar el recorrido se puede optar por el obelisco, donde en horas de la tarde se pueden degustar platillos típicos tradicionales salvadoreños. Hay atoles de elote, piñuela, maíz tostado, shuco; elotes locos, asados, raspados, yucas, papas fritas, riguas y tortitas de elote, con precios que van desde $1 por porción.
Iglesia de La Santa Cruz de Roma
La iglesia de la Santa Cruz de Roma es la principal iglesia de culto católico en la ciudad de Panchimalco, por la veneración a la exaltación de la santa cruz de Roma.
Su construcción data del período colonial y su arquitectura barroca y antigua le ha meritado el título de patrimonio religioso. Fue nombrado monumento nacional por decreto legislativo el 27 de febrero de 1975.
Aunque no hay documentos que comprueben la fecha exacta de su construcción, el templo tiene un libro de bautismo que data de 1655, y como no hay mayor referencia de nuevas construcciones, se asume que la parroquia fue creada antes de esa fecha.
La característica principal de esta iglesia es el estilo barroco clásico, y algo que llama mucho la atención es que aún se conserva el ladrillo de piso hecho de tierra.
En el casco interior se observan 16 columnas de madera de bálsamo sobre base de piedra que separan la nave central de las laterales y que sostienen el templo.
De igual manera se pueden apreciar nueve altares, siempre al estilo barroco. A la fecha, el altar mayor es el único que conserva el decorado primitivo. También, si se aproxima a él, se puede apreciar la imagen de la santa cruz de Roma, que data de 1792.
Fotos: Guillermo Martínez
La Leyenda de La Puerta del Diablo
En este lugar hay una mítica historia con respecto al nombre. Se cuenta que el diablo cortejó a una joven. La familia, al enterarse, decidió confrontarlos, y cuando estuvieron a punto de atraparlo rompió un peñasco y huyó. Por esa razón se comenzó a llamar La Puerta del Diablo.
El nombre original es cerro El Chulo, que antiguamente era una sola roca, pero debido a una fuerte tormenta, en 1762, el terreno se vio modificado. En la actualidad resaltan tres peñascos: El Chulo, El Chulito y El Chulón.
Una de las características principales es la vista panorámica de 360 grados que el turista puede disfrutar siempre y cuando se atreva a subir el peñón más alto, con una altura de 1,131metros sobre el nivel del mar.
En el lugar hay muchas opciones de comida que puedes disfrutar, sobre todo en las tardes.
Las rutas de buses que te llevan a La Puerta del Diablo son 17, 17-A y 17-B, pero las que indiquen hacia el sector de Cumbres. Estas mismas rutas te llevan a los municipios de Panchimalco y Rosario de Mora. Los buses salen del mercado Central, en San Salvador.
Fotos: Guillermo Martínez