En esta aula del Complejo Educativo Tomás Medina, en la colonia El Palmar, de Santa Ana, la única voz que se escucha es la de la maestra que lee cada pregunta de la prueba AVANZO, mientras otra profesora, parada al frente del aula, las traduce a lenguaje de señas para los seis estudiantes con discapacidad auditiva de último año de bachillerato que se sometieron a la prueba en esta sede. Dicho espacio también fue habilitado para estudiantes con problemas de conectividad.
A excepción del resto de los futuros bachilleres que deben completar esta prueba, los estudiantes con discapacidad auditiva no la llevaron a cabo en línea y tuvieron que hacerla de manera tradicional: llenando las papeletas de respuestas con la ayuda de la intérprete.
Con lápiz y borrador en mano, cada uno de los seis estudiantes dirigía su mirada atentamente a la maestra que les trasladaba las preguntas de la prueba, para luego dedicarse a llenar la papeleta de respuestas.
De acuerdo con los encargados de trasladar la prueba a estos estudiantes, los futuros bachilleres proceden de la zona occidental del país, pero en su mayoría son de la Escuela de Sordos de Santa Ana que han cursado el último año de bachillerato general y que, al igual que el resto de los alumnos de este nivel, se debían someter a la prueba.
Agregaron que el Ministerio de Educación (Mined) destacó a personal para que estos estudiantes tuvieran el acompañamiento necesario hasta que concluyeran la prueba.
Además de estos seis jóvenes, esta institución educativa también recibió a otros cuatro de modalidad normal que se sometieron a la prueba en línea, debido a que en sus viviendas tenían problemas de conectividad a internet.