«Esta silla es una gran bendición de Dios porque nosotros no alcanzamos a comprar una así. Somos muy pobres», dijo agradecida Delmy González Raymundo, madre de David Alberto, de cuatro años, uno de los beneficiados con la entrega de una silla de ruedas neurológica adecuada para su condición por padecer de mielomeningocele, que le imposibilita caminar y le ha causado otras deficiencias físicas.
La silla que recibió el menor es adecuada para sus necesidades y le brindará una mejor calidad de vida, tanto para él como para su familia, que podrá desplazarlo de una mejor manera.
La entrega de esta silla es parte de la segunda jornada de adaptación y entrega de tecnologías de asistencia, que de manera coordinada hacen Bienestar Social del despacho de la primera dama de la república, Gabriela de Bukele, y el Instituto Salvadoreño de Rehabilitación Integral (ISRI), con el apoyo de la Fundación Joni&Friends, que reúne a terapeutas y técnicos especialistas en esta clase de implementos.
Con esta jornada hicieron la entrega de 250 de sillas para igual cantidad de personas con diferentes necesidades especiales de los tres departamentos de la zona occidental del país, cuyos casos han sido identificados por el personal voluntario de Bienestar Social.
«Es un cambio de vida total poder pasar de estar en una hamaca, en una silla tradicional de plástico a estar en una silla que cumple todas las condiciones necesarias de ergonomía para su espalda, piernas, brazos. Es una gran cantidad de beneficios», dijo Raúl Barrientos, jefe en funciones de Cooperación Externa del ISRI.