El líder de Hamás, Ismail Haniyeh, fue asesinado en Teherán, anunciaron el miércoles la Guardia Revolucionaria de Irán y el mismo movimiento islamista palestino, que atribuyó el ataque a Israel.
«El Hermano, el líder, el muyahidín Ismail Haniyeh, líder del movimiento, murió en un ataque sionista en sus oficinas en Teherán después de que participara en la investidura del nuevo presidente» iraní, afirmó en un comunicado el movimiento palestino.
La Guardia Revolucionaria de Irán, el ejército ideológico de la República Islámica, señaló que la residencia de Haniyeh en Teherán había sido atacada.
«Como resultado de este incidente, él y uno de sus guardaespaldas fueron martirizados», afirmó en un comunicado en el sitio web Sepah, el portal de noticias de esta rama de las fuerzas armadas.
Haniyeh, de 61 años, había viajado a Teherán para asistir el martes a la ceremonia de investidura del nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian.
El ejército israelí no respondió de inmediato a las solicitudes de la AFP respecto a las informaciones de la muerte del líder de Hamás.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió destruir a Hamás y recuperar a todos los rehenes captados en el ataque del 7 de octubre que provocó la actual guerra en Gaza.
La acción de los milicianos de Hamás provocó 1.197 muertos en el sur de Israel, en su mayoría civiles, según un balance de la AFP basado en datos oficiales israelíes.
Los combatientes islamistas también secuestraron a 251 personas. El ejército estima que 111 siguen cautivos en Gaza, de los que 39 habrían fallecido.
La campaña militar de represalia de Israel en Gaza ha matado al menos 39.400 personas, según el Ministerio de Sanidad del gobierno de Hamás.
Líder en el exilio
Haniyeh fue elegido al frente de la oficina política de Hamás en 2017 para suceder a Khaled Meshaal, pero ya era una figura conocida al haber sido primer ministro palestino en 2006 después de una victoria del movimiento islamista en las elecciones parlamentarias de ese año.
Considerado un líder pragmático, Haniyeh vivía exiliado entre Turquía y Catar. Había realizado misiones diplomáticas a Irán y Turquía durante la actual guerra para reunirse con los presidentes de estos países.
También se estimaba que mantenía buenas relaciones con los dirigentes de distintas facciones palestinas, incluidas algunas rivales de Hamás.
Se unió al movimiento islamista en 1987 cuando este fue fundado en medio de la primera intifada contra la ocupación israelí, que duró hasta 1993.
Irán ha hecho del apoyo a la causa palestina un núcleo fundamental de su política exterior desde la Revolución Islámica de 1979.
Sus autoridades celebraron el ataque del 7 de octubre de Hamás contra Israel, pero negaron cualquier implicación.