El Laboratorio Nacional de Virología de Honduras confirmó ayer la presencia en el país de tres «variantes de preocupación». Se trata de Alfa, procedente del Reino Unido; Beta, de Sudáfrica y Gamma, de Brasil.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define las variantes de preocupación por ser más transmisibles, más mortales y provocar la COVID-19 en forma más grave.
El pasado 4 de junio el laboratorio envió 50 muestras al Instituto Gorgas de Panamá, sospechando que alguna de las tres variantes de preocupación identificadas por la OMS ya circulaban en el país. Los resultados confirmaron ahora la presencia de las tres variantes.
«Una de las recomendaciones es que lo más pronto posible se debe aplicar la segunda dosis de la vacuna», dijo la patóloga y epidemióloga Silvia Portillo Dorso al noticiero hondureño Hoy Mismo.
Una sugerencia que desafía al sistema de salud hondureño, que enfrentó problemas el miércoles luego de que más de 10 centros de vacunación en Tegucigalpa se quedaron sin dosis de la farmacéutica Pfizer cuando se pretendía inmunizar con la primera dosis a parte de la población.
Las autoridades de salud también anunciaron que dentro de las muestras se identificó la variante de interés B.1.1.519 que predomina en México «y que actualmente está en proceso de vigilancia para determinar si es variante de preocupación.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, hasta la fecha no se ha identificado la variante Delta (de India); sin embargo, las autoridades continúan enviando muestras a los laboratorios.
El Comité COVID-19 de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) mostró su preocupación por el lento proceso de vacunación en el país y la posibilidad de detectar la variante Delta.
«A escala nacional, personas inmunizadas con una sola dosis han desarrollado casos severos y hasta la muerte por la COVID-19», señaló. También solicitó establecer convenios internacionales para la vigilancia epidemiológica.