El Gobierno de El Salvador entregará este día, a través del Ministerio de Cultura, el reconocimiento a los ganadores de las ediciones XXXIV y XXXV del Premio Nacional de Cultura (2022 y 2023).
El premio de la XXXIV edición, dedicada al tema Expresiones Culturales Artesanales de Comunidades Indígenas y Afrodescendientes de El Salvador, será recibido por el artesano Arcadio Hernández Muchin, mientras que el ganador de la XXXV edición, con el tema Bailes y Danzas Tradicionales de El Salvador, corresponde al grupo de danza de los emplumados de Cacaopera.
Hernández Muchin fue seleccionado por un jurado calificador en reconocimiento a su trayectoria comprobable, en la “que ha transmitido sus conocimientos a la comunidad local y a diversidad de públicos, desde estudiantes hasta emprendedores de la microempresa; que su ascendencia y su producción es una tradición indígena que utiliza materiales diversos (fibras naturales) que le brinda el entorno, a través de sus técnicas tradicionales que han sido heredadas de generación en generación, y que sus productos se comercializan tanto a nivel nacional como internacional”.
El galardonado en el tema de expresiones culturales artesanales reside en Nahuizalco y tiene 50 años de dedicarse a la creación de productos elaborados con fibras naturales, oficio que aprendió de su madre, quien también es artesana.
“Gracias al Ministerio de Cultura por reconocer mi trabajo como artesano de Nahuizalco y me siento orgulloso por haberlo obtenido”, expresó Hernández.
El nahuizalqueño aprendió su oficio en 1973; posteriormente, en 1977, inició su taller Fibras Naturales que a la fecha ha crecido al punto de crear desde un canasto hasta juegos de muebles con fibras naturales, los cuales se exhiben y comercializan en salas de venta del municipio de Nahuizalco y en tiendas especializadas en artesanías nacionales y en el extranjero.
El galardonado lleva cinco décadas trabajando con expresiones culturales artesanales y transmitiendo su conocimiento a las nuevas generaciones para conservar las tradiciones y costumbres salvadoreñas.
Por su parte, los emplumados de Cacaopera son reconocidos por la ejecución de una danza única a nivel nacional, cuya preservación fortalece la identidad nacional, la autenticidad y el respeto por los valores ancestrales.
Según el fallo de jurado calificador, se agenciaron el premio por poseer originalidad, vistosidad, respeto y arraigo a la tradición, apropiación y vinculación a la comunidad indígena, y relevo generacional.
El acta detalla que se trata de una danza única en su tipo a nivel nacional, “en donde se entrelazan elementos de la cultura prehispánica, como la presencia de penachos de plumas multicolores”, así como por “la herencia hispana en la vinculación que en el presente posee el Señor de la Misericordia y San Antonio del Fuego, a quienes se dedica dicha representación y el acompañamiento musical con los instrumentos de cuerdas”.
La danza de los emplumados de Cacaopera o danza del sol de la mañana se ha transmitido de generación en generación, lo que ha permitido su preservación.
Por ejemplo, Florencio Ortiz Martínez, representante del grupo de los emplumados, inició a los 15 años la tradición que le fue enseñada por su padre, quien era el violinista del grupo. Ahora, a sus 56 años, tiene más de cuatro décadas de trabajar por el rescate de la danza, la cual enseña a la niños y jóvenes de la localidad
También la integrante Mirna Isabel Pérez, actualmente de 29 años, reconoció que inició con los emplumados porque su padre era parte del grupo, al que ella se integró desde los ocho años.
Como expresión cultural, la danza de los emplumados posee una declaratoria de Bien Cultural en reconocimiento a sus valores simbólicos, religiosos, artísticos, sociales y de interés cultural.
Las candidaturas al premio fueron presentadas ante el Ministerio de Cultura por entidades con personería jurídica y fueron evaluadas por un jurado calificador compuesto por cinco integrantes especialistas en cada rama convocada, quienes dieron un fallo a partir de lo establecido en las bases y conforme a lo que dicta la Ley del Premio Nacional de Cultura y su reglamento.
Con esta iniciativa, el Ministerio de Cultura estimula y reconoce la capacidad creativa de quienes demuestran un esfuerzo continuo o de notable trascendencia en las artes y en el enriquecimiento del patrimonio cultural de El Salvador.
Cada ganador recibirá un premio económico, una medalla de oro y un diploma de honor.



