«Bueno, hoy los doctores nos van a comprar la venta, hay más doctores que aficionados», vociferó en broma y en serio una comerciante de bebidas gaseosas, instalada frente al puerta ingreso al sector sol. Eran casi la 5:00 de la tarde y los hinchas que habían pasado por los estrictos protocolos de seguridad y bioseguridad ejecutados por policía y personal médico se podían contar con los dedos de las manos.
A diferencia de los partidos ante Estados Unidos y México, e incluso Honduras y Panamá, esta noche los hinchas de la Azul llegaron a cuenta gota, pero los dispositivos de ingreso a cualquiera de las localidades: sol general, tribuna y platea fueron igual de rigurosos para conservar los protocolos de bioseguridad y evitar el incremento de los casos de COVID-19.
Así, cada uno de los que pudo disfrutar en sí el duelo de la Selecta ante los «Reggae Boys» debió presentar cartilla de vacunación con la doble dosis, portar mascarilla y desinfectarse las manos con alcohol gel.
Para ejecutar esta misión, el gobierno elaboró un plan articulado en el que vieron participación 1,300 policías de diferentes unidades y más de 300 profesionales de la salud, entre estos médicos y enfermeras, así como socorristas y elementos de bomberos.
El dispositivo gubernamental fue diseñado para atender un aforo de al menos 20 mil aficionados, pero el número de asistencia se estimaba que sería inferior dado la cantidad de los boletos vendidos (unos 4,000) y la poca afluencia que se registró en el turno vespertino, lo que permitió incluso a las autoridades ser más minuciosos.
«Ahora mismo lo que hemos hecho es verificar que todas las unidades estén en los lugares que se acordó, que todo el personal esté desplegado tal y como se planificó y no hemos visto mayor afluencia», dijo el director de Protección Civil, Luis Alonso Amaya quien hizo un recorrido minutos antes de habilitar los puntos de acceso al estadio. «Estamos con el operativo en marcha desde muy temprano», añadió.