«Siempre supe que me quería ir del país porque vi oportunidades afuera», comentó Ricardo Díaz, un joven prodigio que, tras graduarse como uno de los mejores bachilleres del Colegio Santa Cecilia, en Santa Tecla, decidió aplicar a una beca completa para Taiwán y estudiar una carrera universitaria relacionada con su vocación por la inversión y los negocios.
En agosto de 2011 emprendió el vuelo hacia la isla, donde culminó su preparación profesional. «Mis papás me apoyaron y se pusieron felices, ya que ese era mi objetivo, estudiar afuera», aseguró.
De su llegada aún conserva en su memoria el impregnante aroma de la ciudad y las amistades que nacieron en esos años. «Me gustó todo, pero me impactó que había un olor siempre a comida e incienso. En esos cinco años, mis otros compañeros becarios se convirtieron en mi familia», compartió.
Estudió negocios internacionales en la Universidad de Tamkang y desde un inicio destacó como alumno sobresaliente, y fue seleccionado en el penúltimo año de la carrera para participar en un foro estudiantil impulsado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Ginebra, en donde no pudo representar a El Salvador, pero sí a Guatemala.
«En ese encuentro los estudiantes generamos propuestas al problema del desabastecimiento de agua en África y el desarrollo de la mujer. La solución fue enviada después a la Asamblea General para que vieran las ideas que como nueva generación estamos dando», explicó.
En Taiwán, el salvadoreño se convirtió en el mejor estudiante de 2016, con un CUM de 94.6, el más alto de toda su promoción. Tras esta experiencia, sus ansias por continuar su preparación se potenciaron y decidió estudiar una maestría en la Universidad de Ginebra, Suiza, enfocada en gestión de patrimonio, donde consiguió graduarse en 2018, y también fue el primer alumno de la maestría. Ese mismo año recibió su primera oferta laboral en Luxemburgo por parte de una compañía que imparte asesorías y crea software para bancos.
«Era una oportunidad que no podía dejar pasar. Quería quedarme en Europa, comencé en septiembre de 2018, viajé mucho y me reunía con empresarios de bancos», dijo el joven.
En medio de la pandemia, Ricardo fue contratado en un nuevo empleo en donde actualmente trabaja con fondos de inversiones para 300 compañías europeas. Desde su experiencia con las inversiones, Ricardo opinó: «El Salvador reúne todos los recursos para convertirse en un centro financiero donde se puede invertir en energía hidroeléctrica, solar y geotérmica».