La piel morena, la estatura, los pómulos sobresalientes, los labios gruesos y el pelo liso son parte de la identidad cuscatleca y de las características físicas de la gran mayoría de los salvadoreños.
En lo cotidiano, de manera inconsciente a veces, y otras no, se expresan frases discriminatorias para otros y, en el peor de los casos, para sí mismo.
Es una especie de racismo velado y de rechazo a la identidad propia, por eso, para crear incidencia y cambiarlo de manera positiva, alegre, y sobre todo con amor, el cantautor salvadoreño Arquímedes Reyes lanza «Cipota Morena», su última y más reciente canción.
La letra estuvo a cargo, en un principio, del nicaragüense Noé Tinoco y cuando llegó a manos de Kime, le dio los estoques finales para darle vida a esta nueva lírica que se estrenó el 1 de septiembre.
Las locaciones y las protagonistas del video van en plena armonía con el amor a la tierra salvadoreña y el arraigo a sus raíces.
Kime, en repetidas ocasiones ha relatado una triste anécdota en sus primeros años en México, cuando no fue aceptado en un trabajo pro ser «demasiado morenito».
Además, el cantautor relata que en el proceso para crear esta canción recopiló otra gran cantidad de experiencias cotidianas que vivieron amigos y conocidos en los que, sin querer, hay una discriminación y un desprecio por ser morenos, por no ser «chelitos» o simplemente parecer «indios», como si todo eso fuera negativo.
Por eso, desde su anterior canción, «Bendita Tierra», Kime se ha dado a la tarea de ofrecer un contenido artístico que conecte y resalte la identidad salvadoreña con los salvadoreños, que el orgullo por ser quienes somos y que nos hace diferentes sea nuestra mejor carta de presentación.
Con «Cipota morena» vuelve a la carga con este mensaje de amor propio, pero también narrando una tierna historia en el video oficial que fue grabado en su totalidad en el país, en sitios icónicos, y que son prueba de lo rico que es El Salvador, en naturaleza.
También, comparte una historia de amor de esta cipota morena por quién es y cómo este amor lo comparte de su generación a otra.
«Palomita linda no te aclares la piel, cipotilla prieta de los ojos de miel, quédate morena, así como sos, que la tierra es buena si es de tu mismo color. Te vimos germinando cual semilla de maíz en este suelo fértil que abrazó tu raíz», reza uno de los versos de la canción.
El director del colorido y dinámico video es Manuel Hung, quien en compañía de Kime recorrió el país recopilando los paisajes e hilvanando la historia de una madre que le hereda amor por lo propio a su pequeña.
Durante la grabación del video, Hung compartió que el problema del racismo y la discriminación no es único de El Salvador, sino de todas partes, siendo así esta canción un himno que impactará positivamente a quien lo escuche.
La canción está disponible en el canal de YouTube del cantante, así como ocho cortos que fueron parte de la campaña de expectación una semana antes de ser lanzada. En la descripción del video, el cantante lo calza con un pensamiento: «Seamos el cambio que queremos ver en nuestro país».
Estos cortos son precisamente parte de los relatos que recibió Kime como insumos y que le parecieron más que relevantes señalar para sensibilizar sobre esas expresiones, muchas de ellas repetidas por costumbre, pero que conllevan una gran carga de discriminación para otros o para sí mismo.
«Este material es aún más para reforzar la identidad de nuestro país, de sentirnos orgullosos por todo aquello que es hecho en El Salvador. Tenemos un país hermoso y hay cosas que en este país no se valoran y no se aprecian. Este trabajo muestra esa cara positiva de nuestro país», dijo Kime durante la grabación, en el lago de Coatepeque.
OCHO CORTOS
Durante la semana previa al lanzamiento de su nueva canción, el cantante publicó en su canal de YouTube ocho cortos con una duración máxima de un minuto en el que refleja cuán interiorizada está la discriminación y que se refleja en comentario y acciones cotidianas con normalidad. Los cortos fueron producidos por Manuel Hung.
Mientras que el guion estuvo a cargo del mismo Arquímedes Reyes y el maestro en teatro, Francisco Borja. Estos se grabaron en la Universidad de El Salvador, con los actores del grupo de teatro del centro de estudios superiores. En cada uno, Kime plantea la interrogante: «¿estamos dispuestos a cambiarlo?».