Las mujeres viven momentos únicos en la vida, los cuales ameritan vestidos que las hacen lucir hermosas, radiantes y espectaculares. Detrás de esas prendas también hay mujeres, como Gladis Elizabeth Fernández de Vázquez, que se encargan de confeccionar los hermosos diseños.
Bety, como popularmente la conocen en Santa Rosa de Lima (La Unión), es madre de tres hijos y una hija, y por más de 25 años se ha dedicado al diseño y la confección de vestidos para ocasiones especiales como bodas, quinceaños, damas de honor, reinados, primera comunión, bautizo, cachiporristas y graduaciones.
«Mi oficio viene de familia porque a mis tías y a mi mamá les gustaba la costura. En la casa siempre había una máquina de coser y desde chiquita les hacía vestidos a mis muñecas y me ponía a travesear en la máquina, así fui aprendiendo, pero sin ninguna visión de que alguna vez llegaría a ser costurera», dijo.
Sin embargo, las circunstancias de la vida, y por quedarse sin empleo en aquel momento, fueron las que llevaron a Bety a dedicarse de lleno al diseño y la confección de vestidos, y sus diseños fueron del gusto de sus clientas al punto de que se dedicó a tiempo completo a este oficio.
Los vestidos de Bety no tienen nada que envidiarles a los de reconocidos diseñadores de modas, pues los diseños de esta salvadoreña son confeccionados con materiales de la más alta calidad, en tonos y colores frescos que están de moda, sin faltar los finos detalles que añaden el toque especial a las prendas.
«Empecé trabajando con mis hermanas, a quienes les compraba telas y les hacía sus vestidos, luego a la familia y las vecinas, y poco a poco fui aprendiendo a hacer los diseños de los vestidos más difíciles. Aprendí sola porque nunca fui a una academia o donde alguien que me enseñara, sino que simplemente lo veía y lo practicaba», añadió.
Aseguró que los vestidos más complicados de confeccionar son para novias, se puede llevar un tiempo de hasta dos semanas en hacerlos, lo que también dependerá de los detalles y del diseño que pida la clienta.
Bety es conocida popularmente en los distritos del norte de La Unión por la confección de sus hermosos vestidos. Sus diseños también han trascendido las fronteras, pues, aseguró, que ha confeccionado prendas para enviarlas a Estados Unidos y para boutiques de Nicaragua.