Que la pelota volverá a rodar sobre los pastos salvadoreños es una realidad, la incógnita es que traen los equipos para ofrecer en el balompié doméstico después de un parón técnico que generó fugas en algunos clubes tradicionales. Eso y más se despejará en un apretado calendario que deberá correr al compás de un cronómetro desde este 17 de septiembre.
Las circunstancias y el apremio obligaron a los dirigentes de la primera división a decantarse por un formato de torneo similar al ejecutado en época de pandemia, con la diferencia que se eliminó la fase zonal y se definieron de forma directa los grupos.
El A arropa a los equipos de Oriente acompañados por Chalatenango y Platense que son de la zona central, mientras que el grupo B se distribuyó entre los representativos de Occidente, Santa Tecla y los cuadros capitalinos Alianza y Marte.
Así, en esta fase de grupos el vigente campeón Alianza sí podrá disputar el clásico ante FAS, pero deberá hacer buenos números para poder chocar con Águila y Firpo más adelante.
Para la primera ronda el calendario se presenta bastante bonancible para los albos que podrían jugar todos los partidos de local: reciben a Metapán, Marte, 11 Deportivo y a FAS en la quinta jornada, y deberán visitar a Santa Tecla en la cuarta, pero si el estadio Las Delicias es intervenido el duelo podría ser en el Cuscatlán.
Los tigrillos en cambio a excepción de la segunda fecha deberán cumplir con cuatro visitas, tres al hilo.
El Águila por su parte, en el grupo A, disputará el clásico de Oriente ante Firpo en la segunda fecha y en la quinta jugará el derbi de la ciudad frente al Dragón.
Todo este manjar de partidos deberá consumirse en poco más de un mes, y de ahí darle rienda suelta a los cuartos de final al que solo tendrán acceso los ocho mejores, que se irán eliminado hasta conocerse al monarca.
El vigente campeón Alianza va por el tricampeonato y los 18 títulos, Águila quiere la 17 y FAS evitar que los paquidermos les alcancen. Que ruede el balón.