Personal de la Fuerza Armada se suma a las jornadas de borrado de grafitis de pandillas en el municipio de San Martín, al oriente de San Salvador, esto ante denuncias de la población local para que sean eliminadas las marcas que identifican a los grupos criminales.
En ese sentido, personal del Comando de las Fuerzas Especiales del Ejército se presentó a la comunidad Los Olivos para colocar pintura en las paredes de las viviendas donde había grafitis de la Mara Salvatrucha.
«Con la guerra contra las pandillas estos grafitis ya no tienen cabida en las comunidades», informó la institución.
Con estas acciones las autoridades pretenden intensificar el control de las fuerzas del orden en barrios, colonias y comunidades que por décadas fueron asediadas por mareros.
En enero pasado, otro equipo de militares llegó hasta el caserío Colocho, en dicha localidad, para eliminar marcas de la pandilla 18. Además de estas acciones, la institución mantiene patrullajes en zonas montañosas para evitar que grupos terroristas se reagrupen.
«Para evitar que las zonas rurales sean escondite de pandilleros, la Fuerza Armada continúa recorriendo cantones y caseríos de nuestro país. El mensaje es claro, seguimos hasta ubicar al último pandillero», expuso.
Para tales efectos, las Fuerzas Especiales cuentan con vehículos todo terreno equipados con tecnología de punta, así como naves no tripuladas que brindan lectura del calor corporal.
EN EL PASADO HUBO ATAQUE A CANADIENSES
En julio de 2015, cuando se registró el peor año de inseguridad en El Salvador bajo el gobierno del FMLN, un grupo de turistas canadienses fueron atacados a balazos por pandilleros que delinquían en la urbanización Proyecto Santa Teresa, en San Martín.
Fuentes oficiales informaron, en aquella ocasión, que los extranjeros viajaban en vehículo rumbo al municipio de Suchitoto, departamento de Cuscatlán, donde estaban hospedados en su visita por El Salvador.
En su trayecto a casa se desorientaron e ingresaron a San Martín donde pandilleros armados dispararon al vehículo en que viajaban, dejando orificios de los impactos en zonas laterales del automotor.
Los canadienses aceleraron y lograron escapar, al llegar a una gasolinera en Soyapango pidieron ayuda a la Policía.