Aún es una niña, pues Ginger Caimi, de origen italiano, cuenta con tan solo 11 años, pero compite con mucho aplomo en el ISA World Longboard Championship 2024 ante las figuras consagradas y ha dado una clara muestra de su potencial al avanzar a la tercera ronda de esta competencia de corte mundial y lo ha hecho como la mejor de su heat.
Nació en la ciudad de Milano, pero junto a sus padres radica en las Islas Canarias, España, donde ha aprendido el idioma español, contó además que llegó a esa ciudad con tan solo tres años de edad, y es la primera vez que se encuentra en El Salvador.

«Cuando supe que el Mundial de Longboard sería aquí, de inmediato me puse a investigar por internet sobre El Salvador, su gente, su cultura y gastronomía, sobre todo las pupusas, entonces le dije a mis padres que quería venir a competir aquí y como ellos me apoyan en todo, me dijeron vamos y probamos las pupusas», dijo entre risas.
Y en efecto, dice que una de las cosas que hizo una vez que aterrizó en El Salvador fue el comer pupusas. «Una de las cosas que investigué es que las pupusas acá son muy famosas y pensé que deben ser muy deliciosas y la verdad es que desde que las probé me gustaron mucho, pero también la gente aquí es muy amable», agregó.

Con respecto a las condiciones naturales de El Sunzal, oleaje, temperatura del agua y su fuerza, Ginger manifestó que no le asustaron mucho porque en las Islas Canarias las olas son muy parecidas, así que desde el primer día que entrenó acá se sintió muy cómoda.
También en tabla corta
Franco Caimi, padre de esta talentosa surfista italiana, dijo que Ginger es muy inquieta, es una apasionada del surf, tanto así, que ya comenzó a entrenar fuerte con tabla corta, pues le atrae la adrenalina que genera esta modalidad y aspira a competir a alto nivel.
«Mi hija quiere comenzar pronto a competir también en tabla corta, así que no sería raro que un día aparezca por acá compitiendo en esta modalidad y nosotros le apoyamos para que cumpla sus sueños y objetivos», afirmó su progenitor.
Finalmente, Franco dijo que se sienten encantados de estar en El Salvador, un destino que no conocían pero que ha valido la pena, pues han sido tratados de forma inmejorable y que están disfrutando de su gastronomía. «Hemos disfrutado de las pupusas, el ambiente natural es genial y prometemos volver a futuras competencias», aseguró.