¿Se imaginan llevar a su hijo a su control odontológico y que le regalen un chocolate de cortesía? Esto suele ocurrir en Odontoclinic Kids, en la ciudad de San Miguel, cuya odontopediatra a cargo, Karina Hernández, también es la promotora de Lolita Chocolates (lolys_chocolates, en Instagram) y ofrece una nueva opción para los amantes del chocolate que buscan una manera saludable de ingerir su postre favorito, con menos azúcar y sin preservantes.
En 2011, la odontopediatra incursionó en el mundo de la chocolatería cuando estudiaba en Estados Unidos.
«Soy una persona que no se está quieta, y buscando qué hacer, encontré un curso de chocolatería. No conocía ese mundo, pero decidí recibir el curso por un tiempo y me encantó. Me encantó que había tantas cosas de chocolate; así empezó todo, les regalaba a mis amigas, queriendo practicar lo aprendido», recuerda.
Así en su apretada agenda Karina hizo un espacio para crear Lolita Chocolates, cuyos productos son comercializados en redes sociales por pedido. Sin embargo, actualmente la marca ha experimentado un salto de calidad y ha pasado a ser conocida.
«La diferencia es que estos chocolates van mezclados con fruta deshidratada de manera orgánica, sin preservantes. La deshidratación de la fruta se realiza en un periodo de seis a 12 horas. También incluyo semillas como girasol, nueces, almendras, entre otras. Son más nutritivos porque no contienen preservantes, el tiempo de duración también se controla para que la persona tenga un producto realmente fresco», explica Karina.
A algunos padres de sus pacientes les resulta interesante que la odontóloga de sus hijos además se dedique a la chocolatería. «Me preguntan: “¿Por qué das chocolates si eres dentista?”. Entonces les explico que alguna de las características del chocolate, sobre todo el orgánico, es que este no queda pegado en la superficie del diente, se desliza por la misma grasa que tiene y también viene la otra parte que es recordarles que hay que cepillarse», señala.
Agrega que la nueva variedad es «un gusto para los adultos por su sabor fuerte. A un niño le encanta que tenga tofy, no va buscando que tenga semillas, aunque a algunos niños les gustan».
Cada noche Karina dedica más de dos horas a su emprendimiento de chocolates. El cacao con el que elaboran los chocolates es 100 % orgánico y está buscando perfeccionar sus productos.
«Estamos haciendo las gestiones en una finca en Concepción de Ataco, en Ahuachapán; se especializan exclusivamente en cultivarlo y darle ese seguimiento de manera orgánica a cada árbol, no usan pesticidas, y la encargada, que no es salvadoreña, da las indicaciones sobre cómo conservarlo para que siempre mantenga sus propiedades», añade.
Algunos proveedores de frutas deshidratadas son locales, y otras las deshidrata Karina.
«Como odontóloga siempre le digo al papá que en una cultura tan llena de dulces hay que buscar cómo negociar su consumo, porque no podemos negarle a un niño un dulce. ¿Cómo va a tener un cumpleaños sin dulces?, se puede, pero no estamos educados para eso. El secreto está en controlar la ingesta de azúcar, que tenga su tiempo específico, y después nos cepillamos», señala la especialista.