En el Oriente de El Salvador sobresale históricamente un departamento: San Miguel. A una distancia de la capital de 139 kilómetros y a tres horas de camino en carro, posee un encanto único y que llama a visitarle con la promesa de que será un viaje memorable.
En sus 20 municipios hay mucho que explorar, pero solo en la cabecera homónima hay mucho por vivir y disfrutar todo el tiempo en su casco urbano que está lleno de cultura y también naturaleza. Eso sí una vez en el año, se transforma en una enorme fiesta con su carnaval.
Esta experiencia en mi recorrido por San Miguel es algo que todos los salvadoreños deberíamos vivir y los extranjeros aún más.
1.Una ciudad llena de historia, cultura y entretenimiento
La ciudad fue fundada por el capitán Luis Moscoso hace 492 años, pero desde hace 198 años, San Miguel pasó de ser villa a ser uno de los 14 departamentos que conforman a El Salvador. La ciudad ubicada al oriente de la capital cuenta con una gastronomía particular y que enriquece a la cultura nacional.
Como las pupusas, que en el resto del país se acompañan con encurtido y salsa de tomate, pero en San Miguel se comen con salsa negra, salsa de tomate dulce y encurtido de repollo con mayonesa. También los lácteos migueleños son reconocidos por su buen sabor, así como las tortillas de maíz que en esta zona se preparan delgaditas.
Pero La Perla también cuenta con elementos históricos, como la Catedral Nuestra Señora de La Paz cuyas dos torres se observan desde cualquier calle del casco urbano. La iglesia está frente al parque David J. Guzmán y a un costado la Alcaldía Municipal.
En sus calles hay una combinación entre lo antiguo con casas que reflejan glorias de otros siglos, así como lo moderno en la Avenida Roosevelt, epicentro del crecimiento comercial del departamento. Todo bajo un cielo celeste en donde el Sol nunca se aburre, y hace resaltar la belleza y el ímpetu como la del volcán Chaparrastique.
2.Parque Recreativo Altos de la Cueva
A quince minutos de la Catedral Nuestra Señora de La Paz, sobre la carretera nueva que conduce hacia Agua Zarca, está el Parque Recreativo Altos de la Cueva, administrado por el Instituto Salvadoreño de Turismo (ISTU).
El parque es un verdadero pulmón cerca de la ciudad, cuenta con 27.5 manzanas de extensión, de las cuales solo unas tres de ellas tienen construcción, el resto es bosque. En lo construido, hay cinco piscinas de agua cristalina que invitan inmediatamente a un chapuzón.
Una de ellas alimenta al resto con agua que nace del suelo, una de las maravillas de la naturaleza en esta zona. Además, hay 10 cabañas que tienen un espacio de vestidor y en los que se pueden dejar las maletas bajo llave.
Y no pude resistirme a la caminata corta, de no más de 10 minutos, para conocer una parte del bosque. La fauna aquí es hermosa y permitió que viera un garrobo rojo en la punta de un árbol, fue todo un espectáculo.
El horario para disfrutar es de 8:00 a.m. a 4:00 p.m., la entrada para los nacionales es de $1.50, y para los extranjeros $3. Hay tarifa para parqueo de vehículo según el tamaño, alquiler de cabaña ($4) y hamacas ($2). Las piscinas son para niños y adultos, hay un tobogán que asegura diversión. ¡Es todo un paraíso acuático!
3.El carnaval, una fiesta nacional
En 1939, San Miguel celebraba su patrona, la virgen de La Paz, de manera aislada en algunos barrios y con una participación reducida de personas. Pero todo cambió para siempre a partir del nombramiento como gobernador de Miguel Félix Charlaix, en 1959, y quien llamó a celebrar en las calles con un solo carnaval.
La historia dice que dos años después de aquello el carnaval se volvió internacional. Desde entonces, cada último sábado de noviembre las fiestas patronales de San Miguel terminan con una fiesta monumental, que atrae a nacionales de todos los departamentos, pero también a centroamericanos que conocen del nivel de alegría que se vive.
Las calles se llenan de jolgorio con el desfile de las carrozas, miles y miles de personas esperan la noche para bailar al ritmo que más prefieran, y los grupos musicales amenizan por cuadras y cuadras hasta que el cuerpo ya no aguante.
Los grupos o cantantes que comparten a San Miguel como escenario, son nacionales o internacionales. Además, cada edición tiene una dedicatoria, la de este año se dedicó al creador del xuc, Paquito Palaviccini, contó con la participación de más de 70 carrozas en las que iban las reinas de los barrios, así como también de los comercios.