Besaira Hidalgo, de 45 años, imparte clases en el Centro Escolar Cantón el Rodeo de Tacuba en Ahuachapán.
Ella fue vacunada en la unidad de salud de ese departamento y aseguró que el trato recibido por los encargados fue cordial y bajo estrictas medidas de bioseguridad.
«No sentí ni cuando me inyectaron, el trato del personal de salud fue muy amable, nos enfrentamos a algo nuevo y los médicos me brindaron mayor seguridad» dijo.
Asimismo, indicó que, como maestra de primer y segundo ciclo, se siente tranquila al saber que ya cuenta con la primera dosis del fármaco, ya que trabaja con niños pequeños a quienes necesita cuidar.
«Estoy en el turno de la mañana y en la tarde en la escuela, trabajo con niños pequeños por ende siempre hay que tener mucha responsabilidad al cumplir los protocolos de bioseguridad con ellos», expresó Hidalgo.
De igual manera, recalcó que la vacuna se ha convertido en una esperanza para todos los salvadoreños, ya que es la que ayudará a evitar que los contagios aumenten. «La vacuna es una esperanza de vida para los salvadoreños, solo así podremos protegernos nosotros mismos, a nuestras familias y a nuestros alumnos» enfatizó la docente.