Santa Rosa de Lima tuvo sobre el horizonte una luna llena que a ratos jugó a las escondidas con las nubes y, en la cancha del Ramón Flores Berríos, un empate que coqueteó con la derrota. Limeño estuvo en tinieblas, pero vio la luz y con 10 jugadores logró el 2-2 y puso de rodillas a un Firpo que soñó con agriar la cena de la hinchada mantequera.
Las luces pirotécnicas iniciales pintaron un buen panorama para los anfitriones, pero la noche se les vino encima como manto tenebroso apenas en 11 minutos. Peleó la armada taurina, a fuerza de riñón, un balón por el costado izquierdo, lo ganó y terminó en asistencia para Enrique Rivas que de zurda decretó el 0-1.
En adelante, el duelo elevó la temperatura de la afición en las gradas, pero más en cancha donde la batalla por la pelota se libró al filo de la navaja y allí el gran perdedor fue el anfitrión que vió como en 15 minutos Bryan Landaverde se iba expulsado.
El hombre de más le dio vía libre al toro para que se volcara en ataque, y Styven Vásquez, que anda encendido, comenzó a destrozar la zaga local que, como pudo evitó el segundo gol.
Así, cuando se bajó el telón de la primera función, la fanaticada local tenía el consuelo de que solo perdían 0-1 y la esperanza de poder rescatar, al menos, el empate.
En el complemento, un mazazo de Mateus Da Silva (58′) parecía la cortina final, pero Lisandro Claros se disfrazó de delantero y consiguió el 1-2 (60′), y luego Luis Landín logró el 2-2 (67′) para devolver la luz en la noche limeña.