El grupo ha trascendido tras ocho años de ponerle sabor a fiestas, eventos privados, shows en restaurantes, cientos de escenarios y pistas de baile que han presenciado cómo Los Gorditos Swing son capaces de encender interpretando todo tipo de música, pero principalmente salsa, cumbia y música salvadoreña.
El trío de gorditos empezó así, pero ahora son parte de la escena nocturna en varios restaurantes y bares importantes en San Salvador y en el interior del país, además. Su presencia en festivales, conciertos, fiestas patronales y eventos de más alcance cada día es más. Su ritmo y su voz también han trascendido a la radio en donde varias de sus interpretaciones suenan. Pronto escucharemos su versión de «La Maldita» y «La Bacha», ambos éxitos del retirado grupo Adrenalina.
«Nosotros tenemos homenajes a diferentes grupos como Coco, Raza Banda, Marito Rivera, hacemos mix. Si a la gente le gusta cualquier grupo de aquí, lo tocamos. Es una ventaja que tenemos, porque esa no es competencia, no es limitante», explica Carlos Salguero, mejor conocido en la farándula como Chilly Willy.
Todo lo anterior es para ellos prueba de que no solo están vigentes, sino que están en otro peldaño de su carrera, en el que el grupo ya es parte de la diversión de cientos de salvadoreños que acuden a escucharlos para bailar sin parar.
Para Juan Carlos Castillo, la voz principal, parte de lo que los hace diferentes y preferidos viene de la técnica que hacen para cada interpretación, con un estilo que mezcla la música en vivo con lo digital. «Este formato es atrevido, porque muy pocos lo hacen. Pero ser digital al mismo tiempo que cantar en vivo nos permite desarrollar una gran cantidad de géneros», explica.
Este formato, que ellos llaman su estilo, combina en el escenario una parte de la música en pista y otra en vivo. En cuanto a la voz, es completamente en vivo. La dificultad técnica está en la capacidad que tengan los músicos de empalmar lo grabado con lo en vivo respetando los tiempos.
Este formato ha sido exitoso no solo porque cada músico tiene una trayectoria impresionante, sino también porque son como un triángulo equilátero en el que cada uno complementa al otro.
Son un equipo que se integra y la complicidad que han alcanzado viene tanto de la parte musical como de la amistad que los une.
«Estar en Los Gorditos es excelente. No me he sentido como en un trabajo, no parece que estamos trabajando. Es como estar entre familia», dice Jorge Colindres, tecladista del grupo.
La facilidad con la que congeniaron estilos, formas de trabajo y amistad fue así desde el principio, cuando este trío se unió para hacer Los Gorditos Swing.
Desde esa alineación ya han pasado ocho años. Anteriormente el grupo había existido, pero fue hasta estar Juan Carlos, Carlos y Jorge que el triángulo se completó.
«Al juntarnos nos completamos con las características de cada uno de los tres. Lo más importante es hacer equipo y conocerse, eso es fundamental en la música. Nosotros ya con una palabra sabemos cuál canción vamos a tocar», comenta Carlos.
Ser gorditos es su marca
Así como los talentos, la personalidad de cada uno es diferente, aunque su conjunto es lo que le da la singularidad a Los Gorditos. Ambos aspectos son parte de la admiración profesional y humana que los músicos se tienen entre sí.
El respeto por el trabajo del otro es una de las cosas que se perciben de inmediato. Juan Carlos y Carlos son los más comunicativos y en cada palabra confirman que están cumpliendo un sueño y viviéndolo con pasión: ser músicos. Jorge es más callado, pero en una frase resume su sentimiento por el grupo y su sentido de pertenencia y compromiso como una familia.
Otra de las características que los tres comparten es ser gorditos, justamente de allí le nació el nombre a Juan Carlos. Los tres tienen unas libritas de reserva, pero para ellos en ningún momento les representa algo negativo, es todo lo contrario, porque gracias a ese sabor es que la gente rápidamente los identifica.
De hecho, en las presentaciones, el grupo siempre juega con le público a la dinámica de encontrar un cuarto gordito. «Para nosotros ser gorditos no es una desventaja, es una identidad, una marca», dice Carlos con orgullo.
Las anécdotas más jocosas del grupo vienen de su identidad precisamente, pues el público no espera nada menos que tres músicos exitosos y gorditos.
Los tres celebran estos ocho años agradecidos con el público y sus familias, quienes son su mayor apoyo, y prometen seguirle poniendo sabor a la sacrosanta cumbia aquí y hasta donde la música los lleve.
Para cantar el cumpleaños feliz a Los Gorditos Swing, el grupo abre la invitación para viernes 24 de febrero, a las 8 de la noche, en el restaurante Pura Candela. Como parte de la fiesta habrá una orquesta sorpresa invitada.
¿QUIÉNES SON?
Juan Carlos Castillo
Inició en la música de manera oficial desde el año 2000. Es el fundador y voz principal del grupo. Sus compañeros lo admiran por su versatilidad vocal al pasar de un género musical a otro de manera natural, así como su habilidad para interpretar voces femeninas, lo que causa una gran emoción en el escenario.
Carlos Salguero o Chilly Willy
Inició en la música desde 1987. Carlos está a cargo de la percusión. Es un gran compañero que no vacila en destacar las cualidades de Juan Carlos y Jorge, al contrario, las destaca con admiración y respeto. Además, es un fiel creyente de la apuesta musical de Los Gorditos Swing. Es el músico de mayor experiencia.
Jorge Colindres
Inició de manera formal en el 2002. Jorge es el encargado del teclado y sonidista. Para sus compañeros, uno de sus dones es el oído para la música. En el argot musical es un «oidista», con la capacidad de descontracturar una pieza y tocarla solo al oírla. Es el más disciplinado, pero también el que le pone humor.