Houston y Dallas respondieron como siempre en el apoyo a la selección de El Salvador. Temprano, cinco horas antes del partido, los hinchas comenzaron a ubicarse en el parqueo que está frente al estadio PNC, la casa del Houston Dynamo, de la MLS.
Casi en automático el tono ameno lo puso la música de Aniceto Molina, con esa que dice el garrobero y que hay que ir hasta El Salvador a comer la mariscada. Era digno de un escenario al estilo de cualquier mercado popular de El Salvador.
También, los Hermanos Flores no podían faltar con su tradicional canción de Salvadoreña. «Son rosas de un jardín de amor, que alguien plantó», dice una parte que resalta de esa melodía.
Sí, la selección tiene ya pocas opciones de poder acceder al Mundial de Catar 2022, pero la hinchada cuscatleca siempre está ahí y volvió a hacer mayoría ante la afición que convocó la selección de Ecuador. Pero Texas demostró que sigue siendo fiel, que continúa estando ahí para el equipo nacional. Muchos pudieron permiso en sus empleos, para volver a hallarse de frente a una nostalgia que parece la de nunca acabar, casi una fuente inagotable de emociones.
Texas le volvió a jurar amor casi eterno a su equipo nacional. Volvió a demostrar que el cariño está intocable.
Ahora, el balón queda picando en la cancha de la hinchada de Los Ángeles, para el próximo sábado 11 de diciembre, en el amistoso contra Chile. California tiene ahora una cita con la Azul ante el plantel andino.