Las últimas imágenes que se guardan de Marruecos fueron las de un niño y una mujer que ven bajar sus lágrimas por sus rostros al presenciar la derrota de 2-0 ante Francia en las semifinales, pero lo cierto es que el representativo marroquí ha generado un torrencial de emociones y ha cultivado aplausos y la admiración más allá de las fronteras africanas.
Los pupilos del técnico Walid Regragui no solo han sorprendido por su fútbol vertiginoso, punzante y al mismo tiempo carcelario, sino porque en sus triunfos sus jugadores han dibujado imágenes tiernas y pintorescas al lado de sus madres.
Lejos de exhibir imágenes de los jugadores marroquíes con sus glamurosas esposas como sucede con otras selecciones, las postales que se han visto en la televisión han sido en pleno festejo con sus madres.
Marruecos que ya había sorprendido al mundo del fútbol al dejar su portería en cero contra poderosas selecciones como Croacia, Bélgica y que solo registró un autogol en el partido ante Canadá, comenzó a repartir imágenes maternales en Qatar tras dejar en el camino a la furia roja.
En ese duelo de octavos de final, Achraf Hakimi, lateral creado en las canteras del Real Madrid y que ha pasado por equipos como el Dortmund y actualmente en el PSG, después de anotar el penalti decisivo corrió a besar y abrazar a su madre que le miraba desde una butaca en el estadio de la Educación City.
Más tarde en el choque en que los marroquíes vencieron a Portugal 1-0 y se instalaron en semifinales fue el creativo Sofiane Boufal quien bailó con su madre sobre el engramillado del Al Thumama.
La iniciativa de que los jugadores de Marruecos invitaran a sus madres al Mundial, fue del técnico con el aval de la federación marroquí y se dice que aparte del buen fútbol que despliega, gran parte de su éxito radica en el amor familiar y el buen rollo de los jugadores.
Este sábado, Marruecos disputará el partido por el tercer lugar ante Croacia y tiene la chance de engrandecer la historia africana y al mismo tiempo de regalar otra postal familiar.