Al menos 103 personas murieron ayer cuando dos bombas estallaron en medio de una multitud que conmemoraba el cuarto aniversario de la muerte del general Qasem Soleimani, informaron medios estatales iraníes.
Las explosiones se produjeron en plena tensión en Oriente Medio y un día después de que el número dos de Hamás, Saleh Al Aruri, aliado de Irán, muriera en un ataque en Beirut, que las autoridades libanesas atribuyeron a Israel.
Las explosiones, que ocurrieron con unos 15 minutos de diferencia, tuvieron lugar cerca de la mezquita Saheb al Zaman, donde se encuentra la tumba de Soleimani, en la ciudad de Kermán, en el sur de Irán.
Rahman Jalali, vicegobernador de la provincia de Kermán, declaró en la televisión estatal que fue «un atentado terrorista». Nadie reivindicó el ataque de momento, el más mortífero en el país desde la revolución islámica de 1979.
«El número de muertos aumentó a 103 tras el fallecimiento de personas heridas durante las explosiones terroristas», dijo la agencia oficial. La televisión estatal indicó que 211 personas resultaron heridas y algunas de ellas se encuentran en estado crítico.
Entre los muertos hay tres paramédicos que acudieron al lugar tras la primera explosión.