Nora Lisseth Perdomo asegura que hace todo por sus dos hijas, ellas fueron la motivación para ingresar a la Policía Nacional Civil (PNC) desde hace cinco años y cumplir su meta profesional dentro de la corporación en áreas de Seguridad Pública y actualmente en las instalaciones del Ministerio de Justicia y Seguridad.
La agente es madre soltera y con la ayuda de sus padres ha sacado adelante a sus dos pequeñas, quienes asegura le dan fuerza para enfrentarse a diario con todas las situaciones que implica ser policía en el país.
«Como mamá me siento orgullosa, mis hijas son felices, la niña pequeña es feliz con su mamá policía, quiero ser un ejemplo para ellas. Con todo el esfuerzo que estoy haciendo quiero que mis hijas aspiren a más. Como mamá se vuelve una persona más responsable, tanto en lo laboral como en la familia», manifiesta.
La agente relata que sus hijas fueron el impulso para someterse a todos los procesos para ser agente policial y cumplir con los mandatos de servir y proteger a todos los salvadoreños. Agrega que con los años ha aprendido a aprovechar bien el tiempo entre el trabajo de sus hijas. «Es complicado, pero toca administrar muy bien el poco tiempo que se tiene, pues tiene que ser tiempo de calidad con los hijos y la comunicación es muy importante porque tengo una adolescente y una de 10 años, he aprendido a manejar el tiempo», detalla.
A lo largo de su carrera, cuenta que la comunicación ha sido fundamental en la relación con sus pequeñas, indica que aprovecha todos los ratos libres para orientar, aconsejar a sus hijas y hasta ayudarle en sus tareas escolares.
ROSA ES MADRE DE DOS NIÑAS Y SOCORRISTA
Rosa María del Carmen Gálvez, de 46 años es una madre ejemplar. Reparte su tiempo en ser madre de dos niñas y colaborar con la atención a personas desconocidas desde hace 28 años cuando entró a las filas de Comandos de Salvamento como socorrista voluntaria y en los últimos años se desempeña como encargada de clínica.
Gálvez manifiesta que ser mamá y socorrista le da mucha felicidad, pues se demuestra que tiene la capacidad de realizar dos labores al mismo tiempo.
«Me siento bien al realizar dos cosas a la misma vez trabajo en dos cosas a la misma vez, como madre y socorrista».
El tiempo transcurrió y en 1993, cuando tenía 18 años, ingresó a Comandos, tomó los cursos y se inició como socorrista. Al tiempo tuvo su primera hija que se crio entre los pasillos del cuerpo de socorro. Luego llegó su segundo embarazo y la voluntaria asegura que no fue impedimento para seguir con su labor de voluntariado.
Rosa María cuenta que trabajar en Comandos y que sus hijas estuvieran todo el tiempo en la institución influyó para ellas admiren el trabajo realizado por ella, al punto que su primogénita decidiera seguir sus pasos en el cuerpo de socorro.
La socorrista trabaja de lunes a viernes en jornadas diurnas o nocturnas, pero relata que los fines de semana se los dedica por completo a sus pequeñas: entre pláticas, labores del hogar y tareas cuenta que transcurren sus días fuera de Comandos.