Un tribunal de Guatemala dictará este miércoles la sentencia en el juicio a nueve militares acusados de matar a seis indígenas durante el desalojo de una ruta bloqueada el 4 de octubre de 2012, en un caso conocido como la «Masacre de la Cumbre de Alaska».
El coronel Juan Chiroy, el sargento Edin Agustín y siete soldados son acusados de haber disparado a los manifestantes que mantenían bloqueada la carretera Interamericana en protesta por el aumento de la tarifa de energía eléctrica y otros reclamos sociales.
Seis hombres de la etnia maya k’iche’ murieron en este hecho ocurrido bajo el gobierno del entonces presidente derechista Otto Pérez (2012-2015), condenado en 2022 a 16 años de cárcel por corrupción, en lo que líderes indígenas describen como la primera masacre perpetrada por las fuerzas de seguridad tras el fin de la guerra civil (1960-1996).
También resultaron heridas más de 30 personas, pero los militares solo fueron juzgados por lesiones a 14 personas.
«Pido justicia y reparación porque los soldados mataron a nuestros esposos», dijo a la AFP Celestina Aguilar, de 50 años, viuda de Jesús Puac, uno de los seis fallecidos.
El hecho ocurrió en el sitio conocido como la Cumbre de Alaska por la altitud y el clima frío en ese tramo de la ruta entre los departamentos de Totonicapán y Sololá, a unos 100 km al oeste de la capital.
La última audiencia fue abierta la mañana del miércoles por la jueza presidenta del tribunal, María Eugenia Castellanos, quien dijo que la sentencia será anunciada por la tarde.
«Mi petición es que me absuelvan […], porque yo lo que vi en esta audiencia es que no pueden comprobar que cometí un delito», dijo al tribunal el soldado Abraham Gua, de 37 años, quien se identificó como indígena maya poqomchí.
Poco después, la jueza Castellanos cerró los debates y convocó a las partes a las 3:30 (hora local) para escuchar el fallo del tribunal.
Los nueve militares permanecen bajo arresto domiciliario y con prohibición de salida del país.
Antes de la audiencia, unos 50 indígenas hicieron una breve ceremonia maya, con flores y velas encendidas, afuera de los tribunales.