En el último año, el Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán (MUNA) sumó a su oferta cultural cuatro programas dedicados a las familias salvadoreñas, personas con discapacidades y niñez, para quienes se preparan actividades especiales.
Un sábado al mes, a partir de la 1:00 p. m., el museo se llena de risas de niñas y niños para quienes se imparten talleres lúdicos de arqueología, pintura de petrograbados, elaboración de esculturas y de instrumentos musicales, además de presentaciones artísticas como cuentacuentos y obras de teatro con títeres.
«El MUNA para Cipotes es un espacio creado para captar la atención y despertar el interés de la niñez salvadoreña con actividades educativas y culturales, recorridos guiados por el museo y talleres diseñados para estimular la curiosidad y motivar el aprendizaje», indicó el director del MUNA, Danilo Villalta.
El museo cuenta, además, con el programa Maquilíshuat bajo la Luna, en el cual la tradición oral de los pueblos originarios y las expresiones de la cultura popular salvadoreña se toman el Jardín Rupestre en noches de luna llena.
Mitos, leyendas e historias son contadas por los portadores de cultura de las propias comunidades. Los relatos son acompañados de sonidos ancestrales de tambores, pitos, teponahuaste y ocarinas, todo en vivo, una experiencia excepcional para las personas de la ciudad.
«Yo jamás había escuchado ninguna historia. A mí me interesan un montón porque perdemos nuestras raíces y el conocimiento de lo que vivieron nuestros antepasados. Me pareció interesante y bonito cómo lo cuentan, la música también y me quedé con ganas de conocer más», dijo la joven María José Domínguez, luego de un Maquilíshuat bajo la Luna.
Las personas con discapacidades también tienen un espacio especial, explicó Villalta: «Con el MUNA Inclusivo buscamos impulsar actividades que favorezcan la participación activa de las personas con discapacidad en los espacios interiores y exteriores del museo».
Bajo este programa han visitado el MUNA personas ciegas, sordas y con movilidad reducida, quienes han participado en talleres de música, pintura y danza sobre silla de ruedas, además de conocer el patrimonio histórico, arqueológico, etnográfico y artístico que se exhibe en las salas del museo.
Asimismo, las familias salvadoreñas disfrutan, una vez al mes, del MUNA de Noche, que ofrece talleres lúdicos, presentaciones artísticas, ponencias académicas, recorridos guiados especializados y otras actividades que varían en cada edición del programa, que se realiza en horario extendido de 5:00 a 10:00 p. m.
Recientemente, se estrenó el programa MUNA al Centro, con una charla en el Palacio Nacional impartida a estudiantes de un instituto nacional a quienes se les compartió información del patrimonio del centro histórico de San Salvador.
«Esta es una propuesta para salir del recinto, para acercarnos al público en espacios distintos, pero llevando temas relacionados a las colecciones del museo y el acervo histórico», explicó Villalta.
En esa misma línea existe el MUNA Académico, un espacio para que investigadores, arqueólogos, historiadores, artistas y otros especialistas, dentro y fuera del Ministerio de Cultura, den a conocer sus estudios e investigaciones.
El director del MUNA agregó: «A un año de implementar estos programas, los salvadoreños han podido vivenciar una nueva forma de interactuar en los espacios internos y externos del museo. El espacio puede ser el mismo, pero la manera de presentar los contenidos, adecuados a diferentes públicos, vuelve a cada edición diferente y con una respuesta de nuestro público muy dinámica».
Las actividades de cada programa se anuncian con el detalle de la fecha y hora a través de las redes sociales y sitio web del Ministerio de Cultura.