Con un discurso trillado, la oposición política convocó el pasado 1.º de mayo a diferentes sectores laborales para protestar contra el Ejecutivo del presidente Nayib Bukele.
Afirmando que en El Salvador existe «persecución política y violación de derechos humanos», el FMLN montó marchas en diferentes puntos de San Salvador, pero estas actividades contaron con una muy reducida afluencia de participantes.
Las voces de Óscar Ortiz, Medardo González y Eugenio Chicas ya no tuvieron eco como en otras épocas, en las que lideraban los eventos alusivos al Día Internacional de los Trabajadores.
La situación que se vivió el pasado 1.º de mayo no desentonó en nada con marchas desarrolladas meses atrás, cuando la afluencia de asistentes mermó considerablemente.
El 15 de septiembre de 2021, en el marco del Día de la Independencia, diferentes sectores salieron a protestar contra la Ley Bitcóin, aprobada en junio y en vigencia a partir del 7 de septiembre.
A pesar de ser pocos participantes, los protestantes cometieron actos de vandalismo contra la propiedad pública y privada al manchar con pintura, dañar un cajero Chivo y quemar una moto.
Para octubre de ese mismo año fue convocada una segunda marcha con la misma consigna, y tuvo una afluencia limitada, pese a que estaban involucrados partidos como ARENA y el FMLN, ahora aliados en sus críticas antigobierno.
En enero de este año, para el día en que se conmemoraba la firma de los Acuerdos de Paz, el 16, nuevamente la oposición intentó convocar a la ciudadanía para protestar, pero el respaldo se vio reducido y no tuvo la aceptación que esperaba.
El FMLN sostenía que los Acuerdos de Paz representaban parte de lo que como nación se había obtenido, pero en realidad el fin de la guerra solo sirvió para el reparto del poder de las instituciones del Estado y la garantía de inmunidad e impunidad por los crímenes de guerra cometidos.
Lo que se ha podido apreciar en las diferentes marchas es una muestra fiel de que la popularidad de los partidos tradicionales va en decadencia, auspiciada en gran medida por el lastre de la corrupción, la malversación de fondos y deficiencias cuando administraron el poder del Estado.
Encuestas demuestran que ARENA y el FMLN son los que más enfrentan una debacle política y territorial, ya que son los que menor nivel de aceptación conservan ante la población.
Con éxodos y abandonos de sus filas, la fuerza política que ambos conservan se ha reducido y no cuentan con apoyo.
El 1.º de mayo anterior, diferentes movimientos sindicales atendieron el llamado del Gobierno para buscarles soluciones a las diferentes problemáticas que aquejan a la clase trabajadora.
Muestra de ese entendimiento fue que se enviaron a la Asamblea Legislativa cinco propuestas de ratificación de convenios con la Organización Internacional del Trabajo.
Además, la imagen de la gestión gubernamental se mantiene con excelente aprobación de la ciudadanía.