Cada «box» de 4×4 metros, cercado con cuerdas, está separado por tres metros uno de otro, y puede ser ocupado por hasta seis personas de una misma familia.
«Hay personas que no se han vacunado y esto sirve para mantener el distanciamiento», dice a la AFP Paola Robles, estudiante de 20 años, en la playa Los Yuyos junto a su pequeña hija y su hermana.
«Verano Seguro», rezan algunos carteles en las playas Los Yuyos y Agua Dulce, donde los bañistas deben usar mascarilla en todo momento, salvo cuando entran al mar.
«Me parece bien estar aislados porque nos protege mucho de la nueva cepa (ómicron) que se está expandiendo a nivel mundial», dice Glenis Perozo, una enfermera venezolana de 40 años que trabaja en una clínica de Lima.
Lo más importante para el comerciante limeño Ricardo Bravo, quien acudió a la playa con su familia, es «evitar que se propague este virus que tantas muertes ha producido».
Hace un año, el gobierno peruano cerró las playas dos semanas durante las fiestas de fin de año para evitar las aglomeraciones y la propagación del covid-19.
«Estamos manteniendo el distanciamiento, ahora estamos más ordenados. Es lindo regresar a la playa después de casi dos años de pandemia», dijo Pamela Huayra de 26 años, que llegó a Los Yuyos desde el distrito limeño de Santa Anita.
Perú enfrenta un rebrote de la pandemia: el último mes se han duplicado los contagios a más de 1,500 por día y los decesos a más de 50 por día.
Debido al rebrote, el gobierno peruano prohibió las reuniones familiares y las fiestas en Navidad y Año Nuevo, y reforzó la campaña de vacunación, que alcanza al 72% de la población.
Perú acumula más de dos millones de casos de covid-19, causante de más de 201,000 muertes en el país.
El país andino de 33 millones de habitantes tiene la mayor tasa de mortalidad por la pandemia en el mundo, 6.122 por cada millón de habitantes, según un balance de la AFP basado en cifras oficiales.