El Presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, decretó este miércoles la disolución del Congreso por «grave crisis política» que dará paso a elecciones anticipadas.
El mandatario, que enfrenta un juicio político por un presunto peculado, ordenó «disolver la Asamblea Nacional por grave crisis política y conmoción interna», señala el documento difundido por la presidencia.
En el poder desde mayo de 2021, el gobernante es acusado de un supuesto peculado en el manejo de la naviera estatal Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec).
Según el correísmo, con 49 escaños, el presidente decidió continuar con un contrato que fue firmado antes de que asumiera, pese a que había informes de que era lesivo para el Estado.
El contrato para el transporte de crudo con el grupo internacional Amazonas Tanker dejó pérdidas por más de 6 millones de dólares. El mandatario, que no ha sido procesado por el presunto peculado en la justicia, aseguró que en 2022 pidió a la Fiscalía que investigue el caso.
«Lamento mucho que del frágil castillo de naipes que construyeron durante cinco meses, no les quedó más que conformarse con la carta más débil», aseveró el presidente de 67 años, antes de dejar la Asamblea aupado por sus simpatizantes.
Durante varias horas, centenas de personas se concentraron de manera pacífica en los alrededores del Parlamento, acordonado por policías.
Los seguidores del gobernante ondearon banderas de Ecuador, lanzaron gritos contra los asambleístas y portaron carteles con consignas como «¡Viva la democracia!» y «Defendemos la democracia y la paz».
Un pequeño grupo de opositores también protestó con pancartas como «El pueblo no aguanta más, fuera Lasso».
El proceso despierta los fantasmas de la inestabilidad política que vivió Ecuador entre 1997 y 2005, cuando tres gobernantes que surgieron de las urnas fueron derrocados.
Esta es la segunda vez que el exbanquero queda entre la espada y la pared. En junio pasado el Parlamento intentó mediante votación directa destituirlo en medio de violentas protestas indígenas contra el alto costo de vida.
Al Congreso, en esa ocasión, le faltaron 12 votos para concretar la remoción por una grave crisis política y conmoción interna.